Blog / Testimonios sobre conciliación

Conectada al sacaleches

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Yolanda Velaz

Nacida en 1981

@Nadiecomomama

1 hija (2012)

DUE Especialista en Pediatría y Enfermería del Trabajo y Personal Shopper

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Conectada al sacaleches

Yo también soy una #mamiconcilia

Mi marido dice que algo cambió aquel día en el paritorio…Yo dormía mucho y él dormía bastante menos; ahora los roles han cambiado.

Yo creo que cambiaron muchas cosas. Las prioridades de nuestra vida y, como dice una gran amiga mía, “A partir de ese momento tu vida será diferente, es maravilloso pero por una cosa o por otra siempre tendrás una preocupación”.

La verdad que tuve un parto largo y, como colofón final al pastel, un expulsivo de traca ya que mi hija decidió nacer en posterior. Debo decir que no tengo mal recuerdo, bendita hormona…Todavía me acuerdo en la primera revisión del ginecólogo cuando me preguntaron “¿Qué tal fue el parto?”. Sin pensarlo contesté: “Bien”, a lo que mi marido dijo: “¿Qué fue bien?”. La ginecóloga se echó a reír: evidentemente no éramos la primera pareja que se encontraba en esa situación.

Debo ser honesta y decir que he disfrutado de cada momento de la maternidad, no tengo malos recuerdos, salvo del segundo día tras dar a luz. Creo que ni me acuerdo por qué discutí con mi marido y me eché a llorar (ya me habían avisado que pasaría justo ese mismo día…). Disfruté de la lactancia, de la baja maternal, viajé mucho y se me pasó el tiempo volando. Cuando me di cuenta estaba volviendo a trabajar. Me acuerdo que mi compañera de trabajo volvía encantada de las bajas maternales, pero a mí no me pasó eso, quizás porque era Agosto y eso tampoco ayudaba mucho.

La conciliación fue otro cantar…Volví a trabajar a jornada completa. Mi marido no podía ayudarme, sobre todo porque Murphy no falla y el día que lo necesitaba estaba de viaje…Pero como dice mi madre “Dios aprieta pero no ahoga” y gracias a mi hermano y mi cuñada la conciliación fue más llevadera, ya que tuvieron la brillante idea de que compartiésemos a la maravillosa “Edith” , de tal forma que yo dejaba a mi pequeña en casa de mi hermano cuando iba a trabajar y la recogía cuando salía; de esa forma se solucionaba el primer problema: me podía ir tranquila a trabajar aunque mi niña estuviese enferma, ya que ella había cuidado al resto de los cachorros de esta familia con lo que ya era “madre” de familia numerosa…

Recuerdo perfectamente los pinchazos inaguantables en el pecho cuando ya no entraba ni una gota de leche más y, mientras acababa un informe en el ordenador de mi despacho, me conectaba el sacaleches…Todavía recuerdo la cara de susto de mi compañero cuando se le ocurrió abrir la puerta sin llamar asustado por el ruido tan “armónico” de mi Medela mini y me vio llenando recipientes de leche… ¡Casi le da un infarto!

Debo decir ahora que no me oye nadie que creo que todos los hijos de mis compañeras y la mía incluida han probado las camillas tan estupendas que tenemos en las consultas, cuando te han llamado de la guardería que vayas a por la niña y no tienes a nadie que vaya a por ella…seguro que conoces esa sensación de angustia. En fin gajes del oficio de una madre trabajadora. Como siempre digo, conciliar se puede pero fácil, lo que se dice fácil, no ha resultado siempre.

Como alguna vez he dicho, para mí las verdaderas heroínas son las mamás que son capaces de dejar absolutamente todo unos años por cuidar a sus hijos. Yo siempre digo que tengo claro que soy yo quien quiero cuidar a mis niños pero es verdad que yo disfruto de mi trabajo y de mis proyectos y me ayuda a desconectar si mi hija ha tenido un día de estos que mejor no te lo explico, que seguro que ya lo has vivido…Mi madre dejó su trabajo por cuidarnos y no volvió a trabajar hasta que fuimos adolescentes. Gracias, mil gracias por eso madre, te lo digo todos los días, porque te disfruté mucho. Yo no he sido capaz; creo que necesito mi parcela de evolución personal para sentirme plenamente realizada y poder ser feliz. Creo que eso es lo verdaderamente importante y ese es el significado mágico de la palabra “conciliar”: poder encontrar el equilibrio para disfrutar en la proporción adecuada de cada parcela de tu vida para ser 100% feliz, sin olvidar que ser madre es un regalo.

Enhorabuena a todas las #mamiconcilia.

Yolanda ha publicado el libro «Guía para Supermadres«

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