#mamiconcilia / Blog / Empleo / Maternidad

Como Linkedin acabó con mi autoestima

Abrir un perfil en Linkedin, la red profesional por excelencia, después de estar la friolera de ocho años sin trabajar (fuera de casa, se entiende) da mucho, pero que mucho yuyu.

Ocho años en la sociedad de la información es una eternidad

Mi trabajo ha sido primordialmente como periodista y lo que ha cambiado el cuento desde que no ejerzo me convierte en un auténtica carca.

Cuando yo trabajaba (en un medio importante a nivel nacional) para documentarnos de cara a una entrevista, teníamos el departamento de documentación, valga la redundancia. No es que no existiera google, es que no se le daba a internet la credibilidad que tenían los compañeros profesionales del tema – espero que eso no haya cambiado, que como está la profesión no me atrevo a asegurarlo-. Les ponías una petición diciendo que tenías tal entrevistado y al tiempo te mandaban una serie de fotocopias con recortes de entrevistas en periódicos, revistas, etc.

¡Ay, Dios! que parezco la abuela cebolleta contando historias y todavía me quedan unos añitos para cumplir los 40. 

¿Ser madre es un plus?

¿Habéis visto el vídeo “Ser madre es un plus” que realizó Hirukide (la asociación de Familias Numerosas de Euskadi)? Me lo pasaron hace bastante tiempo y me gustó, pero todavía no estaba planteándome seriamente mi reinserción en el mercado laboral. Una cosa he aprendido: no es lo mismo verlo que vivirlo, ni de lejos.

Ahora mismo, después de haber creado mi perfil en Linkedin, estoy en pleno ataque de vértigo o de pánico, o de las dos cosas.

Para empezar me piden nombre y apellidos, todavía siguen siendo los mismos que cuando trabajaba, bien, la primera facilita.

La segunda es el cargo y el nombre de mi empresa ¿? Como a día de hoy no se considera un trabajo formar las pequeñas personalidades de tus propios hijos, decidí poner el penúltimo sitio donde trabajé, porque tiene más tirón ya que el último fue una empresa propia que a día de hoy no existe.

Me pide acceso a mi cuenta de correo electrónico para explorar en mis contactos, cosa que me da bastante reparo, pero ya me había estado informando sobre el funcionamiento de Linkedin y había visto que sin esto no sirve prácticamente para nada. Total, que accedí. Fue la mejor decisión que tomé porque empezaron a aparecer fotos de mis mejores amigos y ex compañeros, su sola imagen me hacía estar un poco más serena en el proceso que a cualquiera le parecerá una chorrada, cualquiera que no tenga un descubierto de ocho años en su currículum, claro.

Me conecté con todos ellos, en plan “Amigos míos, arropadme que estoy en pelotas”.

En Linkedin, las comparaciones también son odiosas

A la vez, pude leer los currículum de mi excompañeros y  la cosa empezó a ponerse difícil. Es irremediable que el ser humano compare y eso es lo que estaba haciendo yo: error. Pero, a pesar de todo, estaba más o menos controlado porque, al haber  mantenido el contacto con la mayoría de ellos, tengo cierta idea de en qué están metidos.

Finalmente me llegó la hora cuando gente que no conocía, pero trabajaba en mi sector, empezó a conectarse conmigo, entonces ya iba a pecho descubierto.

Adiós, autoestima, adiós, ha sido un placer contar con tu pobre presencia durante estos años, no sé si te volveré a ver pronto, supongo que como siempre tendré que luchar por recuperarte y ¡mira que te pones terca!

Pero ambas sabemos que volverás, volverás porque me sentaré delante del espejo a recordar todo lo grande que he estado haciendo estos años, en todos los trabajos altruistas que he estado metida, todo lo que he aprendido y cambiado. Evidentemente no soy la misma ya que estos años, tanto tú como yo sabemos, que han sido cruciales en mi madurez, desarrollo y autoconocimiento.

Volverás porque te necesito para esta nueva etapa; y porque ¡está muy feo dejarme en la estacada después de todo lo que lucho por ti!

1 comentario en «Como Linkedin acabó con mi autoestima»

  1. Jajaj menha encantado sobre todo por lo personal del tono. Yo estoy en el proceso inverso: primer hijo, despido, cambio de rumbo y vamos a ver que pasa. A veces me da cm vergüenza decir que estoy en casa cn mi hijo, qie no quiero volver al ritmo frenetico de mi profesion, es como si fuera menos, cm si estuviese tirando mi futuro por la borda. Asiq ese sentimiento de «estar en pelotas» a veces tb lo tengo, pero creo aue merece la pena! Bueno no lo creo, estoy al 100% convencida!!

    Responder

Deja un comentario