He arrastrado mi pesada sombra por tugurios y oficinas, durante las remuneradas horas muertas. El ego ajeno, incluso el propio, se me enquistaron malamente esta mañana, o esta tarde, no recuerdo ahora mismo con exactitud-; pero sí que estallé en una agonía sin igual, en un lamento tormentoso sin consuelo y silencioso, en una pelea callejera de oficina sin cuartel, que logré reprimir en un suspiro resignante... Y yo ahora aquí, frente a tu cuna: mi altar doméstico, mi elixir contra soledades y penurias. Ahora, como digo, mientras duermes, desde que salí de casa mientras tu dormías, te miro y sofoco las llamas de la rabia diluyéndolas dentro de tus sueños, para susurrarte desde mi penumbra, que te he echado tanto de menos y me duele tantísimo perderte, tanto tiempo, cada día, que, por ello, me he propuesto doblegar ya no sólo las horas del trabajo, sino también la tiranía de los egos, su incomprensión, y la codicia de propios y ajenos, a fin de disfrutar (como ambos merecemos) de tu compañía y tu consuelo... Raúl D. Pomares Bermúdez
Elixir nocturno. Conciliación de unas y otros II. #torpepoema
Raúl D. Pomares Bermúdez, quien ya escribió hace tiempo un poema para madres que concilian, nos envía una nueva serie de poemas sobre conciliación titulada Conciliación de unas y otros. Este es el segundo. Nos lo presenta así: "Vuestro trabajo es inspirador -y he aquí el resultado-, como lo es también, y en gran medida, el ejemplo de mi madre. Os presento los poemillas que he escrito de rato en rato, a partir de mi experiencia, de la de mi esposa, de amigos en general y de textos que he leído en vuestra web..."