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Proteger la lactancia materna

La lactancia vuelve a ser noticia esta semana. El Pleno de las Cortes Valencianas aprobó el miércoles 24 de febrero una proposición no de ley presentada por el grupo Compromís para proteger la lactancia materna y “reconocer el derecho de las mujeres a amamantar a sus hijos e hijas en cualquier espacio público”.

Según la diputada de Compromís que ha llevado a las Cortes este proyecto, Cristina Rodríguez, debe reconocerse, dentro de la normativa autonómica de igualdad, que es discriminatorio impedir o prohibir que se amamante en público. Por eso entiende que “es urgente que, desde los diferentes ámbitos de gobierno, se actúe a favor de la normalización de la lactancia materna mediante leyes que defiendan el derecho de las mujeres a amamantar a sus hijos en lugares públicos”.

Con esta medida se trata de dar cobertura legal a las madres que quieran dar de mamar en establecimientos comerciales o en espacios dependientes de la administración pública, pues el vacío legal existente en esta cuestión “deja a las madres desprotegidas ante actos de discriminación”.

Se convierte así la Comunidad Valenciana en la segunda comunidad autonómica que regula la lactancia materna en lugares públicos. El País Vasco protege desde hace unos meses, dentro de su Declaración de Derechos y Deberes de las personas en el sistema sanitario, “el derecho a amamantar a los hijos e hijas en cualquier espacio público”.

Sin embargo, parece que el espíritu de la protección legal es distinto en una y otra comunidad autonómica pues la intención de Cristina Rodríguez es que se proteja este derecho como derecho de las madres en el ámbito de la igualdad mientras que en el País Vasco se contempla como un derecho sanitario. 

Proteger la lactancia materna es proteger el derecho a la alimentación y la salud

Que la lactancia materna es un Derecho Humano es indiscutible, el Derecho a la alimentación y a la salud, y así se ampara por numerosos acuerdos internacionales como la Convención de los Derechos del Niño de 1989, las Recomendaciones de la OMS de 1985, las declaraciones conjuntas de la OMS y UNICEF de 1989, la Estrategia mundial para la alimentación del lactante y el niño pequeño de 2002 adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud, y la Declaración de Innocenti de 1990 donde la OMS y UNICEF señalan que debe permitirse a todas las mujeres “practicar la lactancia materna exclusiva y a todos los niños ser alimentados exclusivamente con leche materna desde su nacimiento hasta los 4 o 6 meses de edad”, además de instar a los Gobiernos a integrar programas de lactancia y a legislar para proteger los derechos de las trabajadoras lactantes.

Partiendo entonces de que es un Derecho Humano, ¿son necesarias iniciativas como la de las Cortes Valencianas para asegurarnos de que las madres y sus hijos puedan lactar con libertad en espacios públicos?

Para reflexionar sobre este punto vamos a exponer la situación vivida por Sandra en el Museo Picasso de Málaga el pasado 5 de enero. Cuando le daba teta a su bebé, la persona encargada de la seguridad les invitó a marcharse a la cafetería o al jardín señalando que “eso” no estaba permitido en las salas de exposiciones, pues no se podía beber ni comer en las mismas por la política de conservación de las obras. Ante la reclamación de Sandra la Dirección del Museo se reafirmó en su actuación volviendo a incluir la lactancia dentro de la actividad de comer y beber.

Sin embargo, el Museo ha rectificado esta semana su criterio tras haber saltado el caso de Sandra a los medios de comunicación, admitiendo su Director que la falta de normativa específica respecto de la lactancia “ha podido dar pie a interpretaciones consideradas muy limitadas”. Incluso la Delegada de cultura en Málaga se ha pronunciado al respecto entendiendo que si bien “es de puro raciocinio” la prohibición de comer y beber, amamantar no es el caso, añadiendo que “cualquier mujer puede amamantar a su hijo donde quiera y cuando quiera en los espacios públicos y semipúblicos”. 

Desgraciadamente el caso de Sandra dista mucho de ser un caso aislado. Ya hemos hablado en otras ocasiones en #mamiconcilia de mujeres que se habían visto en la misma situación que Sandra por dar el pecho en público y os contábamos que la web de la asociación Lactancia en libertad recoge numerosos casos de madres que han sido expulsadas o se les ha invitado a abandonar espacios como el Caixa Forum de Barcelona, la catedral de Santiago de Compostela, el Instituto Valenciano de Arte Moderno, una guardería pública en Madrid, una biblioteca municipal en Salamanca o un Mercadona de Villafranca de los Barros.

El último caso que ha saltado a los medios es el de Esther, a la que se le ha denegado la entrada al Mobile World Congress por ir acompañada de su bebé lactante de 5 meses, Marina. Bajo el hashtag #MarinaEntraAlCongreso el padre de Marina ha denunciado en su blog personal que no solo negaron la entrada a la madre con la frase lapidaria de “entrar a un bebé al congreso es muy poco profesional” sino que poco después él mismo fue expulsado con su bebé de las inmediaciones del Congreso. 

A la vista de estos testimonios de madres expulsadas de lugares públicos o semi públicos, derechos de admisión mal entendidos y retrógrados, invitaciones a dar de mamar en el baño o en un probador, y políticas de admisión discriminatorias parece clara la necesidad de que los distintos gobiernos establezcan medidas para proteger el derecho de las madres y los niños lactantes.


Ángeles Guisado Corrales.
Abogada. Nº 117211 ICAM

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