He recopilado 16 libros que podrías leer con tus hijos, libros que marcaron mi infancia y adolescencia, libros que leí con mi hija y que ojeo con mi nieto y otros clásicos que recomendé a mi hija cuando era pequeña.
La primera vez que escribí para #mamiconcilia ya comenté los buenos ratos que pasábamos mi hija y yo leyendo libros a medias y recordé alguno de los que leímos cuando era pequeña.
En mis recuerdos se mezclan los libros que leí con mi hija y algunos que leí en mi infancia o en mi adolescencia. No estoy muy seguro de que algunos de aquellos libros sean hoy políticamente correctos; aun así creo que hay partes de la cultura popular que hay que conocer tal como se escribieron.
Libros que marcaron mi infancia
Cuando hice el ingreso de bachiller (8-9 años) teníamos en el instituto dos libros de lectura: “Corazón”, de Edmundo de Amicis y “Cuentos famosos de todos los tiempos”. Con ellos hacíamos los ejercicios de lectura, las redacciones y las copias para caligrafía.
De “Corazón” recuerdo sobre todo los relatos que una vez al mes el profesor contaba a los alumnos; de uno de ellos, “De los Apeninos a los Andes”, salió la serie Marco.
En el “Cuentos famosos de todos los tiempos” teníamos todos los clásicos de Perrault, los hermanos Grimm o Andersen, pero el que recuerdo con más cariño es “Pinocho”, de Collodi. De nuevo un italiano, de nuevo transmitiendo valores. Supongo que en el siglo XIX era importante asentar una nueva nación.
Lecturas de mi adolescencia
Mi adolescencia y el final de mi infancia los asocio con libros de aventuras. Leí muchos libros de Julio Verne pero recuerdo sobre todo uno que no es de los más famosos: “Dos años de vacaciones”, las aventuras de unos niños, supervivientes de un naufragio, en una isla del Pacífico. Mi autor preferido entonces era Emilio Salgari (otro italiano). De él recuerdo, sobre todo, la serie dedicada a “Sandokan” y a sus “Tigres de Mompracem”. También pasé muy buenos ratos con el naufrago más famoso: “Robinson Crusoe” de Daniel de Foe.
Claro que también disfruté mucho con la novela de piratas más famosa, “La isla del tesoro”, de Robert Louis Stevenson. Yo creo recordar que, ya de padre, fue una de las que leí a medias (una página tú y otra yo) con Usúe, pero en su recuerdo no se ha grabado así.
Libros que leí con mi hija
Pero hay otras que sí recordamos los dos: leímos mucho a Roal Dahl: “Matilda”; “Charlie y la fábrica de chocolate” o “Las brujas”, además de algunos “Relatos de lo inesperado”. Todos son libros muy recomendables para compartir.
Era bastante pequeña (creo que tenía seis años) cuando compartimos “La historia interminable” de Michael Ende, que yo había leído pocos años antes. Los dos recordamos con cariño aquella lectura.
Algo después, tendría ocho años, cuando leímos “Moby Dick”. Las aventuras, la obsesión, del capitán Akhab persiguiendo a la ballena blanca y el bello relato que empieza con aquel “llamadme Ismael” también nos encantaron, aunque quizá para una niña de ocho años algunas descripciones geográficas o de las artes de pesca resultaron excesivas.
Libros que leo con mi nieto
Un clásico que tiene muy diferentes lecturas según las edades es “El principito”. Hace unos días Unax, mi nieto, veía primero un pulpo y luego un erizo en el famoso dibujo que, según Saint Exupery, los mayores vemos como un sombrero cuando en realidad es una boa que se ha tragado un elefante.
Anda por casa un libro “Rojo, azul y un poco de amarillo”, de Bjon Sortland y Lars Elling, que me parece muy adecuado para iniciar a un niño pequeño en la contemplación de la pintura.
Clásicos que recomendé a mi hija
Aunque yo los leí un poco mayor creo que los libros de la trilogía de Corfú de Gerald Durrell, los que empiezan con “Mi familia y otros animales”, son muy recomendables para compartir con adolescentes.
Otro libro que recuerdo con especial cariño, por el buen humor que transmitía, es “La tesis de Nancy” de Ramón J. Sender, un autor que estuvo muy de moda en los primeros años de la transición (antes era muy difícil encontrar sus libros) y ahora casi olvidado.
Libros para leer con tus hijos
Elige los libros que más te gusten, o los que tú recuerdes que te gustaron a su edad pero, sobre todo, comparte con tus hijos esas primeras lecturas que no sólo recordará siempre sino que le ayudarán a establecer un hábito tan sano como es la lectura.