Este otoño hemos hecho una escapada en familia a La Rioja, aprovechando la oportunidad que nos brindaba Fabulist travel, una agencia online de “viajes auténticos para familias con niños para mamás (y papás) diseñados por mamás (y papás)”. El verano pasado nos invitaron a participar en un sorteo mencionando en Twitter nuestro destino Fabulist para ir con niños y ganamos una de sus escapadas con niños a La Rioja para cuatro personas a disfrutar durante el último trimestre del año.
Apartamentos con encanto Señorío de Haro
Nos alojamos en los apartamentos con encanto Señorío de Haro. Cuentan con cuatro edificios en Haro. Nuestro apartamento estaba céntrico y era muy cómodo: un salón comedor con sofá convertible en dos camas individuales; una cocina integrada con nevera, lavadora y friegaplatos; y un baño con ducha, bidé, lavabo, inodoro, toallas y jabón líquido multiusos; y una habitación con dos camas amplias juntas y una estantería de Ikea a modo de armario.
Los desayunos y el vaso de leche de antes de irnos a dormir los hemos tomado en el apartamento, además de echar una buena siesta para reponer fuerzas el sábado. El peque lo necesitaba.
Cena y paseo nocturno por Haro
La persona que nos recibió en los Apartamentos con encanto Señorío de Haro nos dio un par de mapas (de Haro y de La Rioja) y nos recomendó qué lugares visitar y dónde comer y cenar durante nuestra escapada con niños a La Rioja y le hicimos caso.
Tanto la primera noche como la segunda cenamos de tapas por La Herradura de Haro, la zona en la que están todos los bares. En dos días nos dio para localizar nuestros bares preferidos: Bar Pasadizo y Beethoven. De vuelta al apartamento dimos un agradable paseo por Haro, viendo el Ayuntamiento, palacios y estatuas de bronce con las que hacer fotos divertidas.
Bar Pasadizo
En Bar Pasadizo tienen interesantes ofertas. Nosotros nos apuntamos a la de Pintxo+bebida por 1,50. Nos encantaron las croquetas variadas, de rabo de toro y de cecina. También las cazuelitas, muy divertidas para cenar con niños. Y aunque no estaba incluida en la oferta, también tomamos y repetimos Zapatilla, una tosta de jamón serrano y queso a la plancha. Deliciosa.
Nos quedamos con ganas de probar la Zurra (o Zurracapote), una bebida hecha con vino tinto, melocotones, naranja, limón y canela. ¿Será parecida a la Sangría?
Beethoven
El Beethoven nos llamó la atención el primer día porque estaba a tope y los pintxos de la barra eran muchos y con buena pinta. Fuimos atraídos por los fines de semana de las cazuelitas en Haro, que se celebraban el 11-12-13 y 25-26-27 de noviembre. En el Beethoven daban una cazuelita de setas silvestres con patatas por 1,5 (bebida no incluida).
Además probamos una croqueta grande y cremosa de jamón y un pimiento relleno de carne picante, que picaba un montón.
Nos quedamos con ganas de probar Cariñosa, que vimos en varios bares, pero al explicarnos que era pimiento con guindillas picante, con la lengua anestesiada después del pimiento relleno de carne, decidimos dejarlo para otra escapada a La Rioja.
Visitas a bodegas
La escapada con niños a La Rioja que nos regaló Fabulist Travel incluía la visita a dos bodegas y una degustación de vinos en una tercera. Los apartamentos Señorío de Haro se encargaron de hacer una selección con criterio por nosotros.
Bodegas Martínez Lacuesta
Esta bodega data de 1895, aunque cambiaron de edificio recientemente. Es una de las bodegas modernas más antiguas.
La visita a las Bodegas Martínez Lacuesta dura hora y media. La explicación de Lourdes, la chica que nos atendió, nos pareció muy amena, repleta de historias y anécdotas sobre el vino.
En estas bodegas aprendimos que el vermut se elabora a partir del vino blanco, añadiendo 25 especias, entre ellas el ajenjo, que es la que le aporta el sabor amargo. Tuvimos oportunidad de probar el Vermouth Lacuesta Reserva. Estaba buenísimo, con un toque dulce y nada amargo.
En estas bodegas existe un Club de propietarios de barricas que, por unos 1700 euros al años, cuentan con 216 botellas personalizadas y el derecho a usar el txoco de la bodega para sus comidas o reuniones.
También hay una zona chill out, con vista a la zona de barricas, en la que hacen fiestas.
La visita terminó con una degustación en la que, además del Vermouth Reserva que os contaba, probamos dos vinos, acompañados de tortilla de patatas, chorizo, jamón y colines. Para el peque nos sacaron mosto tinto, un detalle que le encantó porque parecía que tomaba vino como nosotros.
Bodegas Lecea
Lecea está en el Barrio de las bodegas de San Asensio, donde hay más de 300 bodegas centenarias abandonadas.
Data del siglo XVI. Es una bodega centenaria, totalmente diferente a Martínez Lacuesta. El dueño nos guió en la visita y nos fue explicando cómo se hace el vino allí, donde todavía se pisa la uva (el año que viene, no nos lo perdemos). La fiesta del pisado de Bodegas Lecea cuenta con un premio de enoturismo de Rutas vino de España por recuperar esta antigua tradición. Entre otros, probamos un vino joven muy suave, resultado de una maceración carbónica, como se hacía tradicionalmente.
Bodegas Gómez Cruzado
El domingo dimos un paseo en coche por el Barrio de la Estación de Haro donde se encuentran entre otras las bodegas Muga, Cune, Viña Alberdi, Viña Arana, Roda, Viña Tondonia… y Gómez Cruzado, en la que disfrutamos de nuestra última degustación de tres vinos diferentes.
En estas bodegas, almacenan el vino en enormes huevos de hormigón.
Tienen una mesa y taburetes hechos con cajas de vino con pinturas y dibujos para que los niños puedan pintar. Además a nuestro hijo le dieron un globo. Esos pequeños detalles que marcan la diferencia y se agradecen tanto en las escapadas con niños.
San Vicente de la Sonsierra
En los Apartamentos con encanto Señorío de Haro nos recomendaron ir a comer a Casa Toni, en San Vicente de la Sonsierra y allí que nos fuimos a darnos un homenaje con mi familia de Vitoria, porque es un restaurante con un Sol Repsol y dos Estrellas Michelin. Tiene un menú gastronómico por 27 euros (IVA incluido), aunque nosotros pedimos a la carta.
Antes de comer, dimos una vuelta por el pueblo, hasta subir a la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios y el Castillo de San Vicente. Las vistas otoñales desde arriba eran impresionantes. Las cuestas y las calles empedradas hacen imprescindible llevar calzado cómodo.
Ya en Casa Toni, de aperitivo, nos pusieron un pintalabios de helado de remolacha. Además de ser un detalle muy chulo, estaba buenísimo. El resto de los platos también estaban deliciosos: Carpaccio de gambas con trufa y avellanas, Patatas a la riojana, Alubias rojas de Anguiano, Croquetas de jamón y gallina, Cordero y solomillo. Y de postre: Torrija caramelizada con helado de leche merengada y Raviolis de mango rellenos de maracuyá con salsa de lichis y gelleé de rosas. Además con el café nos pusieron Gominolas de mango.
En el restaurante tienen varios trampantojos en los que es posible sacar fotos divertidas y pasar un buen rato con los niños.
Consejos para escapadas con niños a La Rioja
- Alojarse en un apartamento. Las distancias son cortas y te permite volver en cualquier momento a reponer fuerzas o tomar algo que ahorre gastos.
- Llevar entretenimiento para el coche. Hay muchos pueblos pequeños y bodegas que merece la pena visitar. No están lejos unos de otros pero el coche se convierte en aliado imprescindible para las escapadas con niños a La Rioja (con ganas y sin niños, seguro que es chulo recorrer la zona en bici o a caballo).
- Llevar una bebida para ellos. Solo en Martínez Lacuesta tuvieron el detalle de servirnos mosto para el peque y en las otras dos bodegas reclamaba beber algo con nosotros.
- Llevar algo para entretenerles porque la explicación y la degustación posterior puede hacerse larga para ellos y puede que el resto de los visitantes no sean muy amigos de los niños.