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La lactancia y la conciliación

La Organización Mundial de la Salud recomienda seis meses de lactancia materna exclusiva. Sin embargo, la baja de maternidad en España es de 16 semanas. ¿Es posible la lactancia y la conciliación?

No es fácil lograr una lactancia materna exitosa: ausencia de contacto piel con piel en la primera hora de vida, subida de la leche la primera noche en casa, dificultades en el enganche, ingurgitaciones, mastitis, grietas, falta de información, falsos mitos, comentarios poco afortunados… pero si a pesar de las dificultades se consigue afianzar la lactancia materna, es una pena que la reincorporación al trabajo precipite su abandono.

“Cuando me incorporé al trabajo, se acabó la posibilidad de echar cabezadas durante el día, así que pronto empecé a acumular un cansancio considerable. Al final, cedí a la presión del entorno y a mis propias ideas preconcebidas, y acabé introduciendo los biberones con leche en polvo. Esos biberones que frustraron una lactancia que podría haber durado muchísimo tiempo”, comenta la autora de uno de los testimonios. Según la primera Encuesta Nacional sobre Hábitos de Lactancia, realizada por la Iniciativa Mundial de Lactancia Materna (IMLM), un 28% de entrevistadas abandonan la lactancia materna al volver a la vida laboral. Además el 46% de las que optan por la lactancia mixta lo hacen obligadas por tener que reincorporarse al trabajo.

La lactancia y la conciliación durante la baja maternal

Con el objetivo de llegar a los seis meses de lactancia materna exclusiva, muchas madres acumulan las horas del permiso de lactancia y las disfrutan tras la baja materna, antes de su reincorporación al trabajo. Ni con esas llegan a los 6 meses. No son pocas las madres que suman también sus vacaciones o incluso cogen una excedencia para conseguir alcanzar la imposible recomendación de la OMS.

Las que se reincorporan al trabajo a las 16 semanas o las que pretenden seguir trabajando y amamantando más allá de los seis meses que recomienda la OMS, estudian cómo hacerlo desde meses antes, convirtiéndose este en uno de sus principales quebraderos de cabeza durante la baja de maternidad. “Semanas antes empecé a planificarme (una es de naturaleza planificadora). Cogería el sacaleches, una nevera, le darían biberón en mi ausencia y aquí paz y después gloria. Ays cómo me equivocaba. Nunca conseguimos que Mateo tomara el biberón. Ni una abuela, ni la otra, ni su padre, ni servidora, ni exiliándome para que no me oliera. No y no, “lo quiero del recipiente original” debía pensar”, explica la periodista Susana Santos“. A lo que Laia Pérez, Ingeniero comercial, gerente de continuidad operativa, añade “¿por qué tengo que empezar a complicarme la vida porque los gobiernos decidan que con esas bajas de maternidad es suficiente?”.

Congelan leche, recurren a preparados de farmacia o adelantan la incorporación de alimentación complementaria, despertando alguna que otra intolerancia alimenticia.

La lactancia y la conciliación al volver al trabajo

Llegado el momento de la reincorporación, reducen la jornada, reestructuran su horario, se extraen leche en el trabajo, van corriendo de casa al trabajo y del trabajo a casa y exprimen las últimas horas del día sin separarse de su bebé. “Le daba nada más levantarme, me llevaba un sacaleche eléctrico que también iba a pilas, una nevera con hielo en bloque y un par de botes. En mi descanso para comer, me las ingeniaba dentro del baño sentada en el WC para comerme mi sándwich y a la vez sacarme leche. Alguna vez en ese rato incluso mi marido traía al niño. Llegaba por las noches  con los pechos a reventar, así que directa a dar de cenar a mi bebé”, explica Izaya Iglesias. “La lactancia materna fue algo tan natural y maravilloso, que todo este montaje destruía por completo la magia que compartíamos él y yo”, lamenta Victoria Quesada, responsable de investigación y audiencias de televisión.

Solo alguna afortunada da el pecho a su hijo en la propia empresa. Susana Márquez, periodista, es una de ellas: “Mi jefe sostiene que los convenios tendrían que negociarlos mujeres con niños que hayan tenido que trabajar y sepan de qué están hablando, para que la lactancia y la conciliación fueran posibles, mi jefe defiende que las mujeres tienen derecho a ser madres y trabajadoras, y que los niños tienen derecho a ser niños y estar con sus madres, y que ya que ellos no tienen voz para defender lo suyo, que peleemos los adultos por sus derechos”.

Ojalá cada vez sean más las empresas que vean la lactancia y la conciliación como algo natural.

Emprendimiento, porteo y teletrabajo

Una vez más encontramos en nuestros testimonios que el emprendimiento es para muchas familias el mejor camino para conciliar, haciéndose dueños de su tiempo. “Emprender nos ha permitido ser dueños de nuestra propia vida, de nuestro propio tiempo. Nos ha permitido conciliar, criar a nuestros hijos de primera mano y nos ha permitido mantener, hasta el momento, tres años de lactancia a demanda”, Eva Gracia, propietaria de mochilas-portabebes.es. Con esta edición especial hemos descubierto que la lactancia materna puede ser uno de los motivos que empuje a montártelo por tu cuenta.

Dar el pecho a demanda significa tener al niño encima casi todo el día y esto no es fácil de compaginar con la vida laboral. El porteo y el teletrabajo facilitan la lactancia y la conciliación con el trabajo. “El porteo ha sido el gran salvavidas, ya que me ha permitido dar el pecho y arrullar a mi pequeño con los brazos libres durante horas y horas, trabajando al mismo tiempo (…) De una forma totalmente discreta he dado el pecho al pequeño en cualquier parte: en el banco, en el notario, en Hacienda, en reuniones de todo tipo, buscando oficinas, haciendo mudanza, descargando mercancía, preparando pedidos…”, añade Eva Gracia. “He completado informes, escrito mails, avanzado proyectos, y entrevistado a gente por skype con una beba mamando apaciblemente. Ay el teletrabajo, cómo nos simplificaría la vida a todas y a todos”, completa la periodista Sara Babiker.

Lactancia y sociedad

Cuando, a pesar de las dificultades, la lactancia materna es un éxito y se prolonga más allá del año, la sociedad se convierte en nuestro peor enemigo. “Siento más pudor al dar el pecho en público que cuando era recién nacido. Y han llegado ya los previsibles comentarios: “¿pero hasta cuándo le vas a dar la teta?”, “¡ya es muy mayor para eso!”, “lo estás enviciando” o “¿por qué no le sustituyes la última toma antes de dormir por un vaso de leche de vaca?”, comenta la periodista, directora de escena y gestora cultural Beatriz Cobo. “¿Por qué nuestra cultura social nos incita a renunciar tan pronto a un vínculo tan mágico?”, concluye Beatriz.

#mamiconcilia especial lactancia materna

Con motivo de la Semana mundial de la lactancia materna 2015 hemos lanzado una edición #mamiconcilia especial lactancia. Este artículo corresponde a las conclusiones del libro y las madres citadas son algunas de las 10 coautoras. No dejes de leerlo.

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