Hoy es el Día de la Conciliación. Por eso he pensado en compartir contigo el caso de Leire, una madre recién separada, con un hijo de 4 años, que vivía en una gran ciudad y soñaba con llevar una vida tranquila y coherente.
A Leire le habían hecho la vida imposible en el trabajo por tener jornada reducida, hasta echarle.
Cuando empezamos el proceso de coaching, definimos bien lo que quería conseguir: vivir en un entorno rural, con un trabajo donde pudiera conciliar su vida personal y laboral, que le permitiera tener tiempo libre para estar con su familia y reducir la ansiedad y el estrés.
Quería aclararse e investigar los posibles caminos para construir un nuevo proyecto de vida acorde a sus valores y una vez tomada la decisión, ser capaz de mantenerse fuerte en su elección hasta conseguirlo.
Analizamos los posibles caminos con sus pros y contras: ¿Buscar otro trabajo? ¿Emprender? ¿Opositar?
Realizamos una hoja de ruta de la opción elegida, incluyendo las principales dificultades con las que se podría encontrar para conseguirlo y los recursos con los que contaba para hacerlo.
Profundizando en las dificultades, Leire descubrió que su gran respeto hacia los demás le hacía evitar el conflicto y le había llevado a dejar de respetarse a sí misma.
Con aquel nuevo descubrimiento, Leire decidió ponerse en primer plano, hablar con el padre de su hijo, llegar a un acuerdo con él para volverse a su pueblo natal y estudiar una oposición.
Repetirse la frase “con el dinero del alquiler de Madrid podría comer pintxos en Mutriko todos los días” le daba fuerzas para seguir avanzando en su hoja de ruta sin dudar.
A lo largo del proceso, Leire aprendió a parar, a reflexionar, a pensar en el para qué de lo que hace, a pedir ayuda cuando lo necesita, a negociar y hacerse respetar, y a apuntar sus aprendizajes y celebrar los pequeños logros que le acercaban a su vida soñada.
Pasados los meses, Leire se fue a vivir a su Mutriko con su hijo y mirando al mar prepara las oposiciones. Se siente liberada, empoderada, más segura, tranquila y feliz.
*Los nombres de esta entrada se han cambiado para mantener la privacidad.