Mis 10 secretos para conciliar la vida laboral y familiar pusieron el broche final a la charla «Construyendo felicidad» que dimos para Coca-Cola y ahora quiero compartirlos con vosotros:
1. Asumí mi imperfección
Antes de ser madre era enfermizamente perfeccionista. No ha habido jefe que no me haya dicho en alguna ocasión: “lo mejor es enemigo de lo bueno”. Nada más llegar a casa después de dar a luz me di cuenta de que nunca más llegaría a todo ni llovería a gusto de todos así que lo mejor era hacer las cosas lo mejor posible, hacer oídos sordos y asumir mi imperfección, innata a todo ser humano.
2. Aprendí a delegar
Al darme cuenta de que no llegaba a todo, entendí que la solución más evidente era delegar, en mi marido, en los abuelos, en una asistenta… y lo apliqué también para en el trabajo, buscando colaboradores.
3. Divido el día entre familia, trabajo y mi persona
Trabajo por las mañanas (mientras mi marido se queda con el peque y avanza con las tareas del hogar), me ocupo de nuestro nuestro hijo y asumo alguna tarea de la casa como las cenas por las tardes, y cuando nuestro hijo se va a dormir intentamos sacar un rato para nosotros como pareja y otro rato como individuos.
4. Dedico unos minutos a cambiar de estado
Sobre todo cuando paso del trabajo a estar con mi hijo, dedico unos minutos a desconectar el trabajo para disfrutar al 100% de mi hijo.
5. Evito el multitasking
La multitarea ha estado sobrevalorada. Hacer varias cosas a la vez hace que nuestro nivel de atención sea menor en cada una de ellas y en consecuencia el resultado sea peor. Por ejemplo, intento evitar mirar el móvil mientras hago otra cosa.
6. Vivo cada minuto como un regalo
Desde que soy madre valoro mucho más mi tiempo, lo que hace que disfrute las cosas con mayor intensidad. Me siento muy afortunada de poder experimentar cada cosa que me pasa.
7. He creado mis propias rutinas
Desayuno, ducha del peque, mi ducha, hacer la cama, poner lavadora, trabajar, comer, jugar con el peque, hacer la cena, darle de merendar, ir al parque, cenar, jugar, acostarle, hacer gimnasia, rematar el día.
8. Planifico, priorizo y organizo
Planifico menos tareas de las que en teoría podría abordar. Siempre surgen imprevistos y dejar cosas sin hacer frustra.
Intento empezar por las cosas más importantes y no dejarme llevar por lo urgente. Si consigo terminar lo importante, me siento bien.
9. Aplico técnicas de gestión del tiempo a mi día a día, por ejemplo, divido y agrupo tareas
Terminar tareas pequeñas desestresa. Cuando algo me bloquea, empiezo.
Y sobre todo, agrupo reuniones, salidas, llamadas y mails, y las limito en el tiempo para que no me roben tiempo de mi vida personal.
10. Por último, me pongo plazos para terminar tareas
Este último secreto hizo posible que #mamiconcilia viera la luz en menos de un mes.