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Decidí pasar al lado freelance – Gema López

Gema López

Nacida en 1981
Periodista freelance
2 hijos (2010 y 2014)
@GemaLAlbendea

Mi nombre es Gema L. Albendea (Carla Alabarda de ‘Cibermadre no hay más que una’ para los bloggers). Tengo 33 años, soy periodista … y madre, claro. Dos términos casi incompatibles pero que en mi caso están combinándose bastante bien gracias a acertadas y desacertadas políticas empresariales. Me explico.
Tengo dos hijos, uno de cinco años y otro de tres meses. Cuando nació el primero, Daniel, trabajaba en un semanario de economía y empresas, una empresa pequeña que me facilitó un horario flexible, intensivo de mañana y de lunes a viernes, para que pudiera disfrutar de mi hijo sin recortar mi salario. Un lujazo, vamos, en esta profesión de cierres a horas intempestivas y duro trabajo en fines de semana y fiestas de guardar.
Papá (también periodista) llevaba al peque a la guarde por la mañana y mamá lo recogía por la tarde. Nos lo pusieron tan fácil que no hubo lugar para ‘discutir’ cuál de los dos negociaba la reducción de jornada.
Desgraciadamente, en febrero de 2014 la crisis y la mala gestión obligaron al semanario a dejar de publicarse, y pocos meses más tarde todos los trabajadores nos vimos en la calle a falta de cobrar nuestros últimos salarios y nuestra indemnización. Lo más sorprendente fue que entre negociación y negociación previa al despido me quedé embarazada, tras casi dos años de intentonas (para que luego digan que los momentos de estrés dificultan la concepción). Después de recibir varias raciones de arena seguidas me cayó una de cal. Y muy grande.
Todos me decían: “Mira el lado positivo, puedes aprovechar esos dos años de paro que tienes para disfrutar de tu peque”. Me lo planteé, para qué negarlo, pero si hay algo que uno no debe hacer nunca en esta profesión es quedarse parado durante dos años seguidos, ni permitir que todos los contactos realizados en casi una década de trabajo se pierdan.

Contando con que nadie me iba a contratar durante mis meses de embarazo (muy clarito nos lo dejó Mónica de Oriol, la presidenta del Círculo de Empresarios), empecé a considerar qué estrategia debía seguir una vez terminada mi baja por maternidad, una fecha entonces lejana pero para la que me queda un mes escaso. Tras otear las opciones de trabajo que ofrecía el mercado, es decir, pocas, de muchas horas y poco salario, decidí que lo mejor era pasar al plano freelance.

Algo que nunca me había motivado por la gran carga de preocupaciones que genera: buscar clientes, guardar facturas, hacer ejercicios trimestrales… Pero que me daba lo que necesitaba: gestionarme los tiempos a mi modo y poder cotizar sin descuidar a mis niños.
Y aquí estoy, con un ojo pendiente del carrito de Miguel y con el otro en el ordenador, diseñando una web propia, mis tarjetas de presentación, dándole otro aire a mi curriculum, twitteando, facebookeando, linkedineando, bloggeando y mandando correos a diestro y siniestro entre mis contactos mientras ayudo a Daniel con su disfraz de carnaval para el cole.
¿Y papá?, os preguntaréis. Papá, que también está sufriendo las embestidas de la crisis en su periódico y que ahora tiene casi 40 compañeros menos que cuando nació Daniel, sigue con su rol mañanero. Su horario de llegada es mucho menos conciliador, pero casi todos los días llega a casa a tiempo de cenar con sus peques, bañarles y leerles un cuento.

Así que, ya sabéis, si queréis poner una periodista en vuestra vida, aquí tenéis una que no os fallará. Y recordad: el hecho de ser madre no significa que tengamos menos tiempo, sino que sabemos gestionarlo mucho mejor.

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