Ashoka, la red global de emprendedores sociales, presentó ayer los tres centros educativos españoles que han sido reconocidos este año como Escuelas Changemaker Ashoka, que son: CEIP Ramón y Cajal, Alpartir Zaragoza; CEIP La Biznaga, Málaga; Institut de Sils, Sils, Girona. Se suman a las tres del año pasado (Escuela O Pelouro, Pontevedra; CEIP Amara Berri, San Sebastián; Escuela Sadako, Barcelona; y Padre Piquer, Madrid) y a las 220 existentes en todo el mundo. El objetivo es seccionar 600 de primaria y 600 de secundaria en todo el mundo.
Son colegios de primaria y secundaria que se centran en la persona y educan a sus alumnos en habilidades como la empatía, el trabajo en equipo, la creatividad, el liderazgo, la resolución de los problemas y el espíritu emprendedor, implicando a padres y personal docente. Promueven el aprendizaje activo del alumno, que toma decisiones y asume responsabilidades. Consideran todo aquello que les rodea una oportunidad de aprendizaje, no solo el colegio.
Estas escuelas Changemaker se han adaptado a las necesidades educativas actuales y estimulan al alumno, más allá de aleccionarlo, formando ciudadanos capaces de empatizar con los problemas de los demás y aportar soluciones innovadoras para cambiar el mundo. El objetivo de Ashoka es localizarlas, reconocerlas y crear una red de escuelas que se apoyen entre ellas y sirvan de motor para otras. Son centros abiertos, que comparten su modelo y se enriquecen con el de los demás. Inspiran al resto de la comunidad educativa, se convierten en un modelo a seguir.
Evento de presentación Escuelas Changemaker 2016
El evento de presentación tuvo lugar en el Caixa Forum de Madrid y fue presentado por dos alumnos del colegio Padre Piquer de Madrid. Empezarban nombrando un montón de profesiones inexistentes hiperespecializadas para hacernos reflexionar sobre la formación que deben recibir los alumnos si queremos prepararles para ejercer nuevas profesiones que ahora somos incapaces de imaginar. Lo importante es formarles en habilidades como a empatía, el trabajo en equipo, la creatividad, el liderazgo, la resolución de los problemas y espíritu emprendedor, que diferencian a una Escuela Changemaker.
A continuación, David Martín Díaz, co-director de Ashoka España, director de educación y jóvenes, explicaba qué es una Escuela Changemaker, cuáles son los criterios para el reconocimiento, en qué consiste el proceso de selección y qué les aporta Ashoka una vez seleccionadas. “Son escuelas que enseñan asignaturas tradicionales pero con el propósito de conectar con los intereses y vocaciones de los alumnos para construir personas felices y comprometidas con su entorno”. David empezaba su intervención describiendo un día en una Escuela Changemaker: “A primera hora aprenden el sistema digestivo, como si de un concurso de televisión de tratase, ayudados por la pizarra digital; a segunda ahora, toca autoevaluación de mates: los alumnos entre ellos deciden qué nota merecen analizando en qué deben mejorar; a tercera hora, un padre marín visita el centro y le entrevistan para hacer un programa de radio; a cuarta hora, visitan un colegio cercano para hacer un cuentacuentos en inglés a niños más pequeños; de vuelta, pasan por un huerto urbano y visitan un geriátrico, para escribir las memorias de los pacientes…¿Ciencia ficción o milagro?”.
Escuelas Changemaker Ashoka
Pasamos a conocer las Escuelas Changemaker reconocidas este año, a través de mesas redondas formadas por el director del centro, un alumno y una madre.
CEIP Ramón y Cajal, Alpartir Zaragoza
“Nuestro objetivo es que los niños sean felices y vengan contentos al cole, con ganas de aprender”, comentaba Juan Antonio Rodríguez, director del centro. “Tenemos en cuenta las inteligencias múltiples. Formamos ciudadanos críticos y responsables”. Mario Ibáñez, alumno del cole, asegura que “somos pocos alumnos y todos nos llevamos bien. Si tengo un problema, tengo la confianza de podérselo contar al profesor”.
Desde el punto de vista de Elena Gómez, madre, “la escuela es un referente que afecta a la construcción de identidad del pueblo”.
Aunque el profesorado de este centro tiene una rotación muy elevada, los profesores que se quedan año a año son capaces de contagiar su modelo educativo y sus ganas a las nuevas incorporaciones. “Tenemos un plan de acogida a docentes. Les explicamos el proyecto educativo, para ver qué pueden aportar. Siempre enriquece que venga gente nueva”, concluye Juan Antonio Rodríguez.
CEIP La Biznaga, Málaga
Maria José Parages, directora del centro, opina que la escuela tiene la misión de crear ciudadanos cultos, pero no a base de hacerles memorizar conocimientos, sino despertándoles la inquietud de aprender, enseñándoles cómo localizar la información, cómo cribarla y cómo actuar.
Isabel Molina, antigua alumna del centro, que llevó a sus hijos allí y ahora también a su nieta, hablaba de las asambleas que se llevan a cabo en el centro para tomar decisiones de forma democrática: “Mi nieta quiere que en casa también haya asambleas”.
Para terminar, Esteban García, alumno del CEIP La Biznaga, explicaba con mucha gracia cómo una asamblea les llevó a reformar los baños, describiendo con todo lujo de detalles cómo decoraron el baño con figuras hechas con botellas de plástico, espejos con azulejos, portarrollos hechos a mano, etc. “Lo mejor es que desde entonces los baños siempre están limpios”, comenta María José Parages.
Institut de Sils, Sils, Girona
La iniciativa surge hace ocho años de un grupo de docentes descontentos que, en vez de quejarse, deciden pasar a la acción. El equipo que empezó sigue igual de ilusionado y contagia a los profesores que entran nuevos. “Antes se educaba para sobrevivir, para triunfar. El cambio de chip es complicado pero pasa por educar para tener una influencia y tener un impacto en el entorno. La escuela no prepara para la vida, es vida. Cuando salgan no podrán concebir el mundo de otra manera y lo trasformarán”, afirmaba Iolanda Arboleas, directora del Institut de Sils. “Es mejor vivir la experiencia de ir a un geriátrico que escuchar en la clase de ética lo importante que es cuidar de nuestros mayores”, comentaba Anabel Ruiz, alumna del centro y presidenta del consejo de alumnos.
Interesante el testimonio de Mercè Rivas, madre de una alumna del centro que, como nuestra colaboradora Patricia Linares, tiene una hija en un colegio tradicional y otra en este centro. “La que va al Institut de Sils tiene un sentimiento de pertenencia que no tiene la otra. Lo mejor que se va a llevar del centro es el trabajo en equipo, relacionarse con gente diferente y aprender de ellos”.
Clausura del acto
El acto de presentación de las nuevas Escuelas Changemaker de Ashoka terminaba con una última mesa formada por los centros reconocidos el año pasado, contando brevemente lo que ha supuesto para ellos el reconocimiento: se han unido a una red global que les permite compartir sus experiencias y seguir creciendo con las del resto.
Por último, los agradecimiento y palabras de Ana Sáenz de Miera, codirectora Ashoka Europa:
[pull_quote_center]“Se ha encendido la llama y cuando provoque el incendio no habrá quien lo pare”.[/pull_quote_center]