Nos han enfrentado toda la vida teniendo que competir en todo. ¿Y para qué? ¿Cuál era el premio? La Aprobación. Pero gracias al despertar consciente que están experimentando muchas familias, este paradigma está cambiando a paso lento pero firme.
De igual modo, siempre se han plasmado nuestros fantasmas del pasado y hemos reflejado nuestros propios fracasos en ellos, mientras los convertíamos en expectativas disfrazadas de un yo sólo quiero lo mejor para ti en nuestros hijos. No dejan de ser sombras creadas por la educación tradicional que proviene de generaciones pasadas. Todavía hoy existen, pero cada vez se visualizan menos, entre otras cosas, porque se está creando una conciencia real al respecto.
Pero aún hay mucho que hacer.
Poco a poco conseguiremos desprendernos de aquellas malas prácticas para evolucionar, dar un paso adelante, y conseguir un equilibrio que beneficie a todos los miembros familiares sin dejar a ninguno desatendido.
Pero aquí empiezan los problemas…
Debemos cambiar el sistema laboral antes de poder cambiar el sistema educativo. Pues ambos van ligados a la hora de querer lograr compaginar una crianza más atenta, cercana, consciente y respetuosa. No digo que ahora no podamos hacerlo sino que, en estas condiciones, es mucho más difícil.
En España tenemos unos horarios muy cafres, sobre todo en las zonas de mayor turismo, porque los horarios son extravagantes e interminables. Nos fuerzan a tener que dejar a nuestros hijos al cuidado de terceros por no poder compaginar nuestra vida familiar con la laboral, lo que hace que muchas personas se replanteen su vida antes de formar una familia, porque muchos papás y muchas mamás no quieren renunciar a su ma/paternidad.
Lo normal cuando decidimos ser madres es querer disfrutar de esta nueva etapa, sin separaciones tempranas, sin más estrés externo, ya que es importante crear un buen vínculo afectivo familiar desde el principio. Por eso, seguiré luchando por una Conciliación Real y Digna. Por eso, seguiré luchando por cambiar este paradigma social tan mellado. Por eso, seguiré luchando por evitar que nuestros hijos tengan que pasar por tantas dificultades, y en su lugar, puedan disfrutar de su familia y el viaje tan emocional que supone la crianza.