Últimamente, mientras veo que mi hijo va creciendo, observo cómo los espacios que teníamos definidos de juegos y otras actividades se le van quedando pequeños, como los zapatos.
Ahora imita TODO lo que ve hacer a sus padres: conversaciones con el móvil, hacer la casa, hacer la comida, conducir el coche… es un buen momento para sentarse a su lado y leer, pintar y hacer muchas de las cosas que queremos que nuestro hijo haga y divertirnos con él.
También comienza a tener autonomía y sus capacidades crecen de forma tan desmesurada que sus espacios no crecen acorde con ellas. Viendo su frustración al ir en algunos casos de una actividad estructurada a otra actividad estructurada hizo que nos preguntásemos si era hora de comenzar a hacer proyectos diferentes con él y como resultado me hizo integrarle dentro de todas las actividades que hacíamos su madre y yo tanto lúdicas como menos lúdicas.
En ese momento le empecé a integrar, por ejemplo, en las comidas, enseñándole la importancia de las manos limpias para hacer la comida, dejándole tocar todos los cacharros, enseñándole que cuando el horno está encendido y caliente puede quemar, dejándole tocar texturas y alimentos. Siempre que él quiere, está claro.
Del mismo modo y desde el primer momento le dejé tocar mis guitarras, amplificadores y otros cacharros de diversa índole guardados con mucho cariño desde hace tiempo. Si utiliza un móvil o una tablet con pantalla táctil ¿qué no va a poder hacer con una guitarra?
Tú y tus hijos
Si quieres hacer algo rápido por necesidad o porque quieres, no te engañes, no metas a tu hijo de por medio ya que será una actividad frustrante para ambos. Si por el contrario quieres tener tiempo de calidad con tu hijo o hija y además quieres enseñarle algo, tomate tu tiempo con ellos y sólo continua con vuestro proyecto cuando tengas su atención. Esto significa que ciertos proyectos que se pueden acabar en 1 o 2 fines de semana se puedan alargar hasta 3 o 4 meses, pero te dan la oportunidad de tener ese tiempo con tus hijos enseñándoles cosas y que se sientan implicados en el proyecto.
Déjale tocar
Da igual el proyecto en el que estés involucrado con tu hijo o hija: siempre va a querer tocar todo con mayor interés en las partes peligrosas o que suenen (de ahí la existencia de juguetes con formas de aspiradoras, taladros, hachas de bomberos, …) y es una buena oportunidad para que vean de cerca esas herramientas o esos objetos delicados de forma segura y con nuestra supervisión, explicándoles por qué son peligrosos o delicados e incluso dejándoles tocarlos si la ocasión y nuestro criterio como padre y adultos nos dicen que es un buen momento.
Desestructurar lo estructurado y dejarles que se encuentren con todos esos objetos (peligrosos o delicados) con nuestra supervisión y dentro del contexto de los proyectos que estéis haciendo, es una de las ventajas, pero además nos permite enseñarles cosas con las que disfrutamos como personas y transmitirles a ellos nuestro cariño y cuidado por esas cosas que hacemos o que nos gustan.