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Sin bebé, sin trabajo

Este testimonio va dirigido a la autora de Una historia agridulce.

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Jessica Sanchez Moreno

Nacida en 1984

2 hijos (2011 y 2015)

Dependienta 

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Es una situación muy complicada porque te hunde y desmorona todo tu interior. Sé muy bien de qué hablo. La primera vez que estuve embaraza llevaba 6 años en la misma empresa. Era una más de la familia (comidas familiares con los jefes incluidos), incluso me apretaban para que me quedara embarazada. Era una empresa familiar y yo era encargada de sección, secretaria, cajera, mozo de almacén, etc. Trabajaba entre ocho horas y media y nueve al día, incluso domingos.  Lo perdí de 3 meses. Me apoyaron.

Me volví a quedar. Todo iba perfecto. Me adaptaron el puesto de trabajo para que no estuviera mucho tiempo de pie ya que me encontraba mal. Tuve que coger la baja de seis meses porque me entraban ataques de ansiedad. Todo coincidió con problemas familiares, el entierro de mi abuela paterna, la jornada larga… Por un problema contable echaron a seis personas de la empresa antes de cogerme la baja. Así que empecé tratamiento psicológico. Una de las hijas se casaba en un mes y yo le organizaba la despedida.

El día de la ecografía del segundo trimestre, la cual me hacen bastante tarde, descubren que mi bebé está muy enfermo: tiene espina bífida en las tres últimas vértebras lo cual conlleva que si sobrevive le han de hacer dos operaciones vitales, una para cerrar la columna y quitar el bulto, otra para ponerle una bolsa para sus necesidades; no podría andar y no sabían si le había afectado al estómago, pulmones….todo para que quizás viviera dos meses.  Era una malísima noticia. Fuimos a más médicos y no había mucha más opción que interrumpir el embarazo ya que el caso era muy grave. Ese día me llamaron por lo de la despedida y les dije lo que me acaban de decir y se hicieron cargo las hermanas. Mi jefa lloraba, me llamaba… ( algo que agradecí porque ni siquiera cuento con unos padres que se preocupen por mí).

Provocaron el parto (natural por ser mejor para mi recuperación y sin  epidural porque no dio tiempo). En pocas horas empecé a recibir noticias, mensajes y llamadas con condolencias incluso de clientes (lo habían contado y hecho público). Yo no podía asumir algo así y menos mi marido. Vivimos en un pueblo y fue como publicarlo en el diario. Me hice la valiente e intenté dar la cara con los compañeros y clientes. Al haber un parto me dijeron los médicos que hiciera la cuarentena al menos por la recuperación física y psicológica.

Al llegar recibí saludos como «esto ha pasado porque no estabas preparada para ser madre, con la familia que tienes… Al haber cogido la baja, has de volver la semana que viene porque me caso y he de ir a probar el catering, etc.».

A lo cual respondí por primera vez «¡NO! Cuando acabe la cuarentena!». No sentó bien y me despidieron.

SIN BEBÉ, SIN TRABAJO (que me encantaba), cogí una gran depresión. Todo lo que hice durante todos esos años dio igual; ya no les interesaba. Una mamá necesita apoyo familiar y amistad, pero en el trabajo no somos nada. En mi caso acepté el despido y fui al paro. No se puede estar donde no te quieren porque el día que a ellos les convenga tú no estarás y otro hará lo que tú, pero tu salud física y mental sobre todo, es lo que tu hijo y tu pareja recordarán de ti.

Cuídate porque sé que se supera el miedo y las situaciones que parecen que no acaban. Acaba con lo que te hace infeliz. Otro puesto o trabajo te espera. Confía en ti y en tus posibilidades. Ya has demostrado que eres fuerte. YO LO HICE Y REPITO QUE NO ES FÁCIL PERO ES POSIBLE. Busca apoyo, doctor de cabecera, abogado, familia, etc.

Yo lo conseguí y gracias a lo que he vivido valoro mucho más mi persona, mi marido, mi hijo de 4 años (lo conseguí, con miedos, pero lo conseguí) y ahora tengo un bebé de 1 mes. Luché por quedarme en un trabajo de poco sueldo y muchas horas y me sentía tan segura de mí y valiente que cambié el trabajillo por uno mejor, en el cual me han concedido media jornada. Visualiza y acepta. 

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