Es muy probable que al leer este artículo os venga a la mente más de una persona porque ¿quién no ha tenido un compañero o, peor aún, un jefe workaholic? Puede incluso que leyendo el artículo os sintáis identificados u veáis a vosotros mismos en algún momento de vuestra vida. Espero que de ser así, ya lo tengáis superado o solo seáis worklovers, que de la pasión al trabajo a la adicción hay un paso.
Qué es workaholic
Un workaholic, adicto al trabajo o trabajólico, como lo traduce al español la wikipedia, es una persona cuyo trabajo es el centro de su vida, su refugio, robando importancia a todo lo demás hasta llegar provocar incluso problemas de salud o sociales, por la escasa relación con familiares, amigos y compañero. En muchos casos se produce por un exceso de motivación por el trabajo pero también puede deberse a inseguridad, a un exceso de perfeccionismo y autoexigencia, a una huída de otros problemas en el ámbito personal u otros motivos.
Suele trabajar más de 12 horas diarias en la oficina y muchas veces incluso llevarse trabajo a casa. Además, vive permanentemente conectado al trabajo, a través de las nuevas tecnologías.
El problema de esta adicción es que, a diferencia de otras como el alcohol, el tabaco o las drogas, a veces se ve como algo respetable.
Cómo saber si soy workaholic: síntomas
La psicóloga Marisa Bosqued diferencia tres tipos de síntomas:
- cognitivos o mentales como ansiedad, irritabilidad, depresión, necesidad creciente de dedicar más tiempo al trabajo, preocupación excesiva por el rendimiento laboral, sensación de agobio constante, vacío emocional y falta de interés por actividades distintas al trabajo.
- fisiológicos: estrés, insomnio e incluso hipertensión arterial y enfermedades vasculares a largo plazo.
- comportamentales: elaboración compulsiva de listas de tareas, anotaciones en la agenda e incapacidad para estar mucho tiempo sin trabajar.
En internet es posible encontrar infinitos test para detectar si eres workaholic o worklover, es decir, una personal altamente motivada por su trabajo pero sin afectar de forma negativa a otros ámbitos de su vida. Este test está en brasileño pero se entiende muy bien.
Marisa Bosqued diferencia tres tipos de workaholics: complaciente, controlador y narcisista controlador. Con el nombre es fácil imaginar cómo se comportan y seguro que nos viene más de uno a la mente de cada tipo.
Bosqued señala también que las profesiones entre las que hay más workaholics son: periodistas, médicos y abogados, las tres profesiones muy vocacionales.
Cómo dejar de ser un workaholic
El primer paso para acabar con una adicción es reconocer que se tiene. Después, contactar con un especialista que nos analizará para establecer un diagnóstico real. La solución pasa por establecer actividades alternativas al trabajo, tanto acompañado como solo, que ayuden a reducir progresivamente las horas dedicadas al trabajo. Habrá que alejarse y redefinir el perfeccionismo y el éxito así como aprender a distinguir lo importante de lo urgente.
En 1983 surge en Estados Unidos Workaholics Anonymous, con el objetivo de terminar con la adicción al trabajo realizando reuniones periódicas con una metodología similar a la de Alcohólicos Anónimos. El único requisito para formar parte de este grupo es querer terminar con la adicción.
Cómo lidiar con un workaholic
Brian E. Robinson, en su libro “Chained to the desk”, señala que los hijos mayores de workaholics recuerdan su infancia con dolor, por la existencia de un progenitor ausente.
Por su parte, las parejas o cónyuges de workaholics se sienten solas, en muchos casos, segundo plato frente al trabajo. El número de divorcios es mayor entre los adictos al trabajo. Hay casos en los que la adicción al trabajo viene provocada precisamente por un problema en el ámbito familiar aunque en muchos casos se trata de un pez que se muerde la cola: estoy mal en casa con lo cual paso más horas en el trabajo; me acabo convirtiendo en un adicto al trabajo con lo cual acabo provocando más problemas en casa por mi ausencia.
Algunas soluciones para lidiar con un workaholic en el ámbito familiar pueden ser reservar un tiempo a la familia asignado a una actividad concreta, un hobby compartido por ejemplo: ir al campo, al cine, a un museo, a un restaurante, etc.; dividir las tareas del hogar y la crianza de los hijos con tareas específicas asignadas al workaholic; tratar de resaltar las conductas positivas y diferentes al trabajo en vez de criticar la cantidad de horas que se pasan en el trabajo; y en el peor de los casos, recurrir a terapia de pareja.
En el ámbito empresarial, un workaholic puede acabar siendo perjudicial para la compañía porque esa obsesión por el trabajo, que le termina aislando del resto del mundo, le suele convertir un ser asocial y a la larga poco productivo por su desgaste emocional. Son perfeccionistas y exigentes y tienden a exigir lo mismo a los que le rodean. Es importante hablar con él y conocer las causas de su adicción y evitar que acabe contagiando o imponiendo su actitud al resto de compañeros ya que la compañía correría el riesgo de incrementar el número de trabajadores quemados.
Libros sobre adicción al trabajo
- Brian E. Robinson, en su libro “Chained to the desk”
- Marisa Bosqued ¡Que no te pese el trabajo! (Gestión 2000).
Fuentes:
http://destinonegocio.com/gestion/la-adiccion-al-trabajo-como-tratar-a-un-workaholic-en-tu-empresa/
Foto: Pixabay