Hablábamos hace poco de la vuelta al colé y de cómo entre clases, deberes y extraescolares nuestros hijos tienen una jornada “laboral” de 8 horas como mínimo.
Teniendo en cuenta que en los rankings de países con mejores notas en lectura, matemáticas y ciencias, España aparece exclusivamente en la columna de lectura, sólo por encima de Austria, Dinamarca y Grecia, y viendo cómo es la educación en Finlandia, quizá no estamos adoptando la mejor de las vías educativas disponibles.
La verdad es que hay unas diferencias enormes entre nuestro sistema educativo y el suyo. Pero también hay que decir que tienen políticas prácticas e innovadoras que podrían ser perfectamente aplicables aquí.
La educación en Finlandia no tiene ni notas ni deberes
En Finlandia, sólo a los estudiantes de secundaria (3º de ESO en adelante) se les asignan deberes y estos no son más de 3 horas a la semana. Antes de esto no hay deberes, y tampoco hay exámenes, lo que hay es un único examen estandarizado que se realiza al cumplir los 16 años. Este examen es necesario para entrar en la escuela superior y determina la preparación para la Universidad.
Los niños en Finlandia empiezan a los 7 años la enseñanza obligatoria, y antes tienen derecho a guardería y cuidados pero no es obligatoria. Estos programas están subvencionados por el estado y por lo tanto ofrecen las mismas oportunidades a niños de familias más pobres.
Dentro de la escuela básica (primaria), todo es gratuito, es decir, los materiales los libros de texto, la atención sanitaria y la comida no se paga. Los 6 primeros años tienen al mismo maestro y están en el mismo grupo. Los 3 últimos años tienen un solo maestro por materia. Las clases no están masificadas, con un máximo de 24 alumnos por clase. El transporte a la escuela de alumnos que viven a más de 5 km de la escuela también es gratis para la familia. El recreo es de alrededor de 75 minutos por día y 25 horas de clase a la semana en el primer ciclo de primaria y 30 en el primer ciclo de secundaria.
PISA y la educación en Finlandia
La primera evaluación PISA (Programa para la Evaluación del Alumno Internacional) realizada en el 2000, puso a los estudiantes Finlandeses en cuarto lugar en matemáticas y en el tercer puesto en ciencias. En 2003, cuando se volvió a hacer la prueba, mejoraron los resultados.
Después de la prueba de 2003, se realizó un estudio en profundidad viéndose que la diferencia de notas entre chicos y chicas es mucho menor en Finlandia que en cualquier otro país, y en matemáticas, a diferencia de los demás países, las chicas responden casi igual de bien que los chicos, además de que los malos o bajos resultados en matemáticas son menores que en el resto de países (6% frente al 21% de media).
El profesorado, mejor pagado y más respetado
Los profesores en Finlandia deben tener un Master, aunque el estado comparte los gastos para hacerlo accesible. Por otro lado, el estatus social de un profesor es equiparable al doctor o un abogado, con lo que no se pone en tela de juicio y no tienen que pasar por los episodios que vemos en las escuelas Españolas.
Finlandia ha creado confianza en su sistema educativo promocionando la profesionalidad del profesor, la autonomía del colegio y buen liderazgo como los impulsores claves del cambio y la mejora.
En resumen…
- Las temperaturas y horas de sol, aunque parezcan un factor secundario, influyen mucho en la vida en Finlandia. Por ejemplo, el problema de acogerse a la jornada única o de mañana y tarde en Finlandia no se la plantean, no sólo por el aumento de gasto energético que supondría, si no porque los niños entrarían al colegio de noche y saldrían de nuevo de noche. Esta idea no es del agrado de nadie, empezando por los niños.
- En las escuelas se enseña, no se educa; toda la sociedad educa y por lo tanto no se pierde tiempo en clase con otras cosas que no sean la enseñanza.
- Los niños fineses saben una media de 3-4 idiomas, un poco obligados porque el finés sólo se utiliza en su país.
- Más del 99% de los alumnos termina la escuela básica completa y las tases de finalización de la educación secundaria superior y de la educación profesional son muy altas, de un 90% y un 98% respectivamente.
Fuentes: