Compartí embarazo con varias amigas. Recuerdo que una de ellas me decía: “A mí el embarazo me está afectando a las neuronas. Estoy más despistada. Se me olvidan las cosas. ¿A ti no te pasa? He leído que es normal”. A mí no me pasaba, aunque tampoco lo había leído.
Desde que me lo dijo, empecé a observarme y comprobé que tenía los mismos despistes que antes de estar embarazada, ni más ni menos aunque si lees que durante el embarazo pierdes neuronas seguro que se lo acabas achacando al embarazo e incluso te relajas pensando que es lo normal. Como dijo Lenin, “una mentira repetida muchas veces, se convierte en verdad”.
Otra amiga con la que también compartí embarazo, cuando llevábamos tres meses de baja, me manifestaba su tremenda necesidad de volver al trabajo porque hablar tanto de teta, llantos y caca le estaba atontando. Necesitaba salir de casa, hablar de otras cosas y relacionarse con otra gente.
Yo viví el embarazo y estoy viviendo la crianza de otra forma, como una gran oportunidad. Leí muchísimo (y lo sigo haciendo aunque con menos intensidad) sobre cosas cotidianas en las que nunca había reparado. Con mis lecturas, pero sobre todo con una nueva capacidad de observación y análisis pausado, estoy aprendiendo cosas interesantísimas sobre el ser humano y me estoy conociendo mejor. Por eso me hizo tanta ilusión en su día que me pidieran ser madrina del proyecto Mamamorfosis y ahora toparme con el libro de Katherine Ellison, “Inteligencia maternal”, reeditado poco después con el título de “El cerebro de mamá”.
El cerebro de mamá
Con este libro, Katherine Ellison pretende desmentir la creencia popular de que la maternidad atonta:
[quote_box_center]“La merma de la capacidad intelectual es, junto con las varices y el ensanchamiento de caderas y demás curvas corporales, uno de los inconvenientes que tradicionalmente acompañan el destino reproductor femenino… ¡Un amigo me llegó a decir que en el parto, con la placenta, expulsaría parte de mi cerebro!”.[/quote_box_center]
Lo hace demostrando a partir de recientes investigaciones científicas que la maternidad contribuye a estimular la inteligencia de las mujeres al enfrentarlas a nuevos retos y que tanto el parto como la crianza de un hijo provocan en el cerebro femenino cambios concretos y perdurables por medio de una combinación dinámica de amor, genética, hormonas y práctica.
[quote_box_center]“Desde un punto de vista neurológico, para el cerebro tener un hijo implica una revolución. Cambia la vida porque presenta desafíos físicos, mentales y mecánicos: tienes que responder a infinidad de desastres a un tiempo. Y como todo reviste una gran importancia, es lógico que sea una época de aprendizaje y de cambios mentales. Pocas cosas harán más por tu cerebro que tener un hijo”.
Michael Merzenich, pionero en el estudio del desarrollo cerebral de la Universidad de California.[/quote_box_center]
Ellison ha descubierto que la maternidad aporta mejoras muy sustanciales en cinco aspectos de la vida: la percepción, la eficiencia, la resistencia, la motivación y la inteligencia emocional.
Personalmente la maternidad me ha enseñado a AMAR, me ha devuelto la solidaridad, me ha hecho más empática, ha mejorado mi capacidad de escucha, ha potenciado mi paciencia, me ha enseñado a diferenciar lo importante de lo urgente, a priorizar y a organizarme mejor, me ha hecho más productiva, ha potenciado mi capacidad de liderazgo, me ha devuelto la energía para abordar nuevos retos y me ha enseñado a lidiar con las críticas. Muchas de estas nuevas cualidades me hacen mejor trabajadora.
Sin embargo, como reseña Katherine Ellison en uno de sus artículos, “quejarnos de los estragos que los hijos provocan en nuestras economías, estados de ánimo, caderas y cerebros se ha vuelto una costumbre de moda”, en mi opinión muy dañina.
En El cerebro de mamá Katherine Ellison combina las evidencias científicas con divertidas anécdotas e historias reales de madres.
Las conclusiones del libro no excluyen a los padres ya que muchas de las claves de la inteligencia maternal tiene que ver con las capacidades que desarrollamos al asumir de forma responsable los retos de la maternidad/paternidad. Lo veíamos hace unos días en el documento Recompensas invisibles: los beneficios de la paternidad en los propios padres y sus trabajos.
10 consejos para sacar el máximo partido al cerebro de madre
Katherine Ellison ofrece en su libro 10 consejos para sacar el máximo partido a la maternidad:
- No te rindas a la maternidad. Sácale partido.
- Honra tus prioridades.
- No subestimes el poder del sueño.
- Aprende a ver el lado bueno de las cosas.
- Apuesta por la oxitocina.
- Relaciónate.
- Sal a pasear (el ejercicio físico potencia el buen estado de ánimo).
- Tú primero (como las mascarillas de oxígeno en los aviones).
- Varias tareas a un tiempo sí, pero con mesura.
- Si quieres cambiar el mundo, empieza por el tuyo.
Katherine Ellison
Katherine Ellison, autora de “El cerebro de mamá” es periodista de investigación, ganadora de un premio Pulitzer. Fue madre tardía (38 y 41 años).
Es la menor de cuatro hermanos y se crió en un suburbio. Su padre era médico y su madre un ama de casa que había sido reina de la belleza del instituto y había dejado los estudios para casarse.
Preguntada sobre la afirmación de que las mujeres que tienen educación universitaria y no trabajan fuera de casa defraudan a la sociedad, ella contestó: “se podría decir también que las mujeres que tienen una educación superior e ignoran a sus hijos están haciendo daño a la sociedad”.
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Este libro es una joya, me tiene fascinada. Gracias por hacer esta reseña