Desde que el pasado mes de Octubre lancé la iniciativa del Grupo de Escritura y empecé a escribir a diario, he podido descubrir, experimentar y ver en las personas que me acompañan en esta aventura los beneficios de escribir a diario.
- La escritura diaria ayuda a conocerse mejor. Cada día, antes de empezar mi rutina laboral, me siento frente a mi cuaderno en blanco. Escribo sin parar y sin pensar durante 20 minutos. En mis tres páginas diarias aparecen deseos, tareas pendientes, planes de futuro, sueños, anécdotas de mi día a día, cosas que mejorar, logros conseguidos, emociones… un poco de todo.
- La escritura diaria ayuda a ser auténtica, a dejar la cabeza a un lado y escribir desde el corazón, a empatizar con los lectores. Cada día escribo un mail a mi base de datos. Son muchas las lectoras que me contestan diciéndome que conectan conmigo y se sienten identificadas. La clave está en escribir como lo hago para mí cada mañana.
- La escritura diaria ayuda a dejar a un lado el perfeccionismo que muchas veces paraliza. Cada mañana, me esperan tres páginas por rellenar, sin parar, sin pensar, sin juzgarme… “Mejor hecho que perfecto”, me repito, y cuando las releo descubro que, esas páginas escritas sin aspiración ninguna, como mero ejercicio y entrenamiento diario del hábito de la escritura, no están tan mal.
- La escritura diaria ayuda a sacarle más jugo a la existencia. Voy por la vida buscando inspiración para mis mails diarios y la encuentro sin dificultad porque mi objetivo e intención hacen que ponga más atención y consciencia en todo lo que sucede a mi alrededor. Luego lo escribo, trato de sacar algún aprendizaje y de alguna forma lo inmortalizo para poder volverlo a saborear en el futuro e incluso compartirlo con otras personas.
- La escritura diaria ayuda a sanar, entender, encajar y reescribir capítulos dolorosos de la vida. Una de las herramientas que utilizo en mis sesiones de coaching es revisitar episodios dolorosos de la vida del cliente, acompañarle a revivirlos desde otro lugar y reinterpretarlos para que duelan menos. La escritura permite esto mismo. Puedes contarte la historia que tú quieras.
- La escritura diaria ayuda a vaciar la mente. Aunque no sustituya a la meditación formal, es una forma de meditación que aporta claridad mental y foco y ayuda a reducir el estrés. En la hoja en blanco vuelcas todo lo que ocupa tu mente, las preocupaciones, pensamientos limitantes, tareas… Desde esa claridad es más fácil ordenar ideas y organizarse.
- La escritura diaria ayuda a visualizar aquello que quieres conseguir. Con el objetivo claro, los pasos a seguir para alcanzarlo empiezan a aparecer. En el grupo de escritura repetimos a menudo que lo que escribimos se cumple. Ha habido incluso la que ha encontrado a su pareja ideal tras haberla descrito en sus páginas matutinas. También hay quien, en busca de otros objetivos, escribe a diario sus frases faro, aquellas que en forma de mantra le acercan allí.
- La escritura diaria ayuda a ganar confianza. Si al principio cuesta más llenar la página en blanco, el mandato de no poder parar ni pensar, hace que de forma natural empieces a fluir y crees el hábito. Es lo primero que te demuestras que eres capaz de conseguir y que te da fuerza para pasar a la acción y seguir cosechando logros, que recoges en tus páginas y te dan más confianza para, en un círculo virtuoso, seguir alcanzando objetivos.
- La escritura diaria ayuda a pasar a la acción. Una vez que la visión clara de lo que quieres conseguir aparece en tus escritos y también el paso a paso para lograrla, solo queda pasar a la acción. Un día tras otro la escritura diaria te empuja a ella.
Como cualquier hábito, escribir a diario cuesta. Incluso cuando parece que ya lo has logrado y empiezas a disfrutar de sus beneficios, son muchas las circunstancias que te pueden llevar a abandonar.
Si quieres crear el hábito de la escritura y perseverar para disfrutar de todos sus beneficios, contar con un grupo de apoyo te será de gran ayuda.
QUIERO ESCRIBIR