Blog / Testimonios sobre conciliación

Cuestión de Esferas – Testimonio Pedro Paredes

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Pedro Paredes Barragán

Nacido en 1971

Informático y socio en DART

2 hijos: 2005 y 2009

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Cuestión de esferas

Cuando me propusieron escribir sobre conciliación, lo primero que hice fue buscar en el diccionario de la RAE la definición de conciliar:

1. Componer y ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí.

2. Conformar dos o más proposiciones o doctrinas al parecer contrarias.

3. Granjear o ganar los ánimos y la benevolencia, o, alguna vez, el odio y el aborrecimiento.

Así es que la conciliación de la vida personal, familiar y laboral o profesional consiste en tratar de encajar cosas que parecen opuestas. A mí me gusta más hablar de ámbitos o esferas que de «vidas», ya que son facetas de una sola entidad. En el modelo mental que me he elaborado, estas esferas compiten por un espacio común y finito que es el tiempo de que disponemos, y el crecimiento de una comprime necesariamente a las otras.

Esta es la teoría, pero en la práctica, como siempre, es muy difícil implementarlo y depende de multitud de factores. Tradicionalmente en el hombre ha prevalecido la esfera profesional mientras que en la mujer ha sido la familiar. Además a lo largo de la vida el tamaño, y por lo tanto la importancia, de estas esferas va cambiando. Lo ideal es mantener un equilibrio y evitar que una de ellas ocupe todo el espacio o que alguna quede reducida a la mínima expresión.

En mi experiencia personal el nacimiento de mis hijos ha sido un punto de inflexión. A partir de ese momento decidí que todo lo demás tenía una importancia relativa. Para mí lo fundamental es estar presente y ser actor, y no solo espectador, de todo lo que le suceda a mis hijos. Quiero ser compañero de viaje, al menos en estos años en los que su esfera familiar es tan importante.

Tengo dos razones excepcionales para haber tomado esa decisión, se llaman Mario y Martín. Ellos son como el fuego o como dos estrellas a las que no puedes dejar de mirar. De ellos aprendo todos los días y ver cómo crecen es la mayor satisfacción que alguien puede experimentar. Ningún incentivo profesional, económico o académico podría compensarme haberme perdido sus primeros pasos, sus primeras palabras, acompañarles y recogerles del colegio, compartir con ellos sus logros, fracasos y frustraciones.

Desde que tomé esa decisión he alternado periodos de trabajo a jornada completa, a media jornada y periodos de cobrar el subsidio por desempleo. Me he doctorado en Ingeniería Informática, he escrito mi tesis doctoral y unas cuantas publicaciones científicas, he ejercido como profesor universitario y, en la actualidad, soy presidente de la AMPA del colegio de mis hijos y socio fundador de DART, la empresa de Cloud Services en la que trabajo.

Soy consciente de que con dos hijos no he podido dedicarle el tiempo necesario a la investigación para tener un CV competitivo en el ámbito universitario. Pero no me arrepiento de mis decisiones porque para mí no ha sido una obligación sino un auténtico placer. Quiero sacar adelante mi empresa y dar trabajo a mis empleados, pero sigo sin perder de vista la esfera familiar y personal.

No podría acabar este texto sin agradecer a Gema, mi amor, su apoyo y complicidad durante todos estos años.

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