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¿Excelencia o exigencia? El perfeccionismo a examen 

He asistido a la presentación del libro“¿Excelencia o exigencia? El perfeccionismo a examen”, escrito por mi maestra de coaching Miriam Ortiz de Zárate. En él profundiza en una de las distinciones recogidas en “No es lo mismo”, libro que escribió hace años junto a Silvia Guarnieri. Este nuevo libro es corto (81 páginas) y fácil de leer, según comentaba José Manuel Sánchez, socio de Miriam en el Centro de Estudios del Coaching y también mi maestro. “Sin embargo, es un libro difícil de digerir”, que Miriam invita a leer con una mirada honesta, preguntándonos “¿Qué hay de mí en estas líneas? ¿Para quién estoy actuando así?” y desde esa toma de conciencia, comprometernos a cambiar, de forma responsable, buscando ayuda si fuera necesario. 

Marta Prieto, editora del libro, cuyo propósito es infundir valores en el mundo, cree que este libro va a sorprender y ayudar a mucha gente que ve el perfeccionismo como virtud. Este es uno de los principales motivos que me ha llevado a la presentación de “¿Excelencia o exigencia? El perfeccionismo a examen”, que leyéndolo quiero poder ayudar a mis clientes con este tema tan habitual en mis sesiones de coaching. “Las personas perfeccionistas se esfuerzan mucho, se sacrifican, pagan un precio y renuncian mucho para dar lo que se supone que se les pide. Tienen un problema con el disfrute, con el descanso, con la celebración de los logros. Tienen el foco puesto en el resultado. No se permiten ser aprendices. Quieren hacerlo bien desde el principio. El perfeccionismo despierta la necesidad de control”, asegura Miriam. 

Todos nos podemos ver identificados en la autoexigencia, y más aún las mujeres, algo que tiene que ver con el paradigma de la sociedad patriarcal, según explicaba Miriam: “Hace relativamente poco que las mujeres nos incorporamos al mundo laboral. Queremos ser las mejores en todos nuestros roles. Hemos sido educadas para estar al servicio, para cumplir. Sentimos que tenemos que estar todo el rato demostrando. No nos sentimos merecedoras. Tenemos un asunto con el valor y nos afecta más el síndrome del impostor”. 

En muchos casos, lo que lleva a las personas perfeccionistas o autoexigentes a buscar ayuda es la falta de equilibrio, por eso esta distinción me resulta tan útil en mis procesos de coaching. Suelen decir que les va la marcha pero en cuanto indagamos descubrimos que no tienen tiempo para los hijos, para la pareja, para sí mismas… 

“¿Cómo será tu vida dentro de 5 ó 10 años si sigues así?”, una pregunta que revuelve y que Miriam dirige a las personas que se vean reflejadas en estas líneas en quienes se ha inspirado para escribir este libro: “¿Excelencia o exigencia? El perfeccionismo a examen”. 

Si no frenas a tiempo la autoexigencia, te acaba parando la vida en forma de ansiedad, estrés, procesos digestivos, falta de autoestima, depresión, incompetencia en el trabajo, problemas con la pareja, etc. “No hace falta llegar a estos extremos”, advierte Miriam.  

La tesis que defiende este libro es que la exigencia está relacionada con una necesidad de cumplir con las exigencias que vienen de fuera, con aquello que interpretamos que se espera de nosotros y que tiene su origen en mandatos y creencias nucleares. “Cuando somos niños, queremos ser amados, aceptados, que nos miren más, que nos reconozcan”, explicaba Miriam. “Cuando por ejemplo los padres presumen de que su hijo ha sacado un sobresaliente, el niño entiende que eso es lo que hay que hacer para que le quieran. Este automatismo nos lo llevamos a la edad adulta y se traduce en mandatos como ‘Compite” o ‘Sé el mejor”. Para cumplir estos mandatos, te tienes que desconectar de lo que viene de dentro. 

Vivimos en un entorno exigente, en el que priman la productividad y los resultados. Sin embargo, este libro es una invitación a dejar de poner el foco fuera, en la necesidad de reconocimiento, que nos lleva a la autoexigencia, para ponerlo dentro, en nuestra esencia, nuestra pasión, las certezas, lo que nos mueve, nuestra brújula, nuestro propósito, para así alcanzar la excelencia.

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