Los valores son un regalo para nuestros hijos. Escribo este artículo en forma de reflexión para que pensemos qué valores fomentamos con la competición a temprana edad y cómo nos comportamos los padres en estas competiciones.
Mi experiencia en el fútbol
Mi hijo de seis años comenzó ahora hace dos a jugar al fútbol en un equipo de un club social al que pertenecemos que se vanagloria de fomentar en los jóvenes el deporte, el compañerismo y la vida sana.
Como sabréis nuestros hijos a estas edades se mueven más por donde van sus amigos y compañeros que por el deporte que practiquen en sí, así es factible que vuestros hijos ya hayan probado el fútbol el baloncesto, el patinaje, el tenis o la natación.
El mío empezó al fútbol por eso, porque varios compañeros de su clase se habían apuntado a un equipo y quería ir. Pues como siempre, pidiendo ayuda a los abuelos y sacrificando los fines de semana, lo apuntamos.
Los primeros días para él fueron toda una experiencia: los nervios de ir a entrenar, la primera convocatoria, el conocer a nuevos amigos y jugar con los que ya tenía, etc. Todo era nuevo y todo le gustaba.
El entrenador de estos dos años, la verdad, era una personal muy agradable y comprensiva, centrado en que aprendieran a jugar y disfrutasen, lo cual a mí me agradó bastante; no tanto a otros padres.
Este primer año eran todos pequeños y la verdad es que perdíamos todos los partidos de goleada, pero a ellos no les importaba: jugaban, estaban con sus amigos, hacían deporte. A mí me valía a pesar del sacrificio de tener que coger el coche a las nueve de la mañana e ir de un lado para otro.
El segundo año, la cosa cambió. Eran mayores, ganaban más partidos, se les exigía jugar mejor, se hacían menos cambios y todo pasó a ser un poco más serio, pero sin perder el carácter lúdico.
Reconozco ante todo que mi hijo no es bueno: aún no tiene coordinación y agilidad y eso se nota, pero intención y correr de un lado a otro, ser obediente y respetuoso, eso por descontado. Pasó el año y seguía ilusionado.
En este año, el tercero desde que empezó, volvió a apuntarse al fútbol, pero en el primer entrenamiento fue el único de su anterior equipo al que separaron y lo pusieron en otro. La excusa del coordinador es que aprendería más en otro grupo nuevo y así hacía nuevos amigos. Lógicamente mi hijo dejó el fútbol y no quiso volver a entrenar más, aunque sigue jugando en el patio del colegio, además de practicar otros deportes que se le dan muy bien como natación o kárate.
A estos niños que se quedaron desde el primer día les dijeron que les iban a exigir sacrificio porque querían que el equipo se quedara en primera categoría y que tendrían que trabajar muy duro.
En mi opinión no debería haber sido así. En estas edades considero que se deberían fomentar valores, hacer todo divertido, mejorar habilidades y desarrollar físicamente.
Por mi parte estoy encantado de que haya dejado este deporte. La única duda que me queda como padre es si esto le habrá afectado personalmente, la imposibilidad de jugar con sus amigos, que estos se sigan juntando los fines de semana a jugar partidos y posteriormente a jugar o a pasar el día, porque esto al final no es solo deporte: se magnifica y pasa a tener una dimensión social realmente insondable… Espero que no sea así y seguramente de mayor practicará otros deportes de equipo.
¿Es buena para los niños la competición?
Más que la competición en sí, lo que es bueno es el hecho de hacer deporte y participar en un equipo. Les ayuda a desarrollar aspectos esenciales para la vida y les enseña a afrontar los éxitos y fracasos que lleva aparejada. El participar en un deporte de equipo vuelve a los niños más extrovertidos, les enseña a socializar y compartir. Además es factible que formen amistades duraderas.
El practicar deporte les ayuda a desarrollarse, a ganar coordinación, fuerza y resistencia, pero sobre todo aprenden a divertirse haciendo algo saludable.
6 Valores que se deberían enseñar en los equipos a los niños
1.- Compañerismo. Da igual cómo jueguen, quién es peor o mejor. Todos son un equipo y como tal deben apoyarse los unos a los otros, animar cuando algo no sale y felicitar cuando algo sale bien.
2.- Deportividad. Que un niño celebre goles burlándose de sus rivales, que hagan trampas o que no sepan perder y se pillen una rabieta por ello son actitudes que deberían ser corregidas.
3.- Superación. Ir marcando pequeños hitos para cada uno de los jugadores y recompensarles cada vez que los obtienen, ayudarles a mejorar, física y mentalmente.
4.- Educación. Tratar a los árbitros, compañeros y entrenadores con respeto.
5.- Respetar las normas. El respeto a las normas de los juegos y el usar esas normas a nuestro favor para poder ganar limpiamente.
6.- Competición. La competición en sí misma no es mala, (siempre y cuando respetemos los cinco puntos primeros). Nacemos con ella y desde pequeños tenemos el gusanillo.
Los valores que deberían aprender los padres en la competición
1.- Respeto. Los entrenadores intentan que todos jueguen y disfruten, lo hagan bien o mal. Los niños no entienden de 4-4-2 de 4-3-3, de presionar al rival o de entrar fuerte.
2.- Deportividad. He visto a padres presionando a sus hijos y pidiendo que fueran más duros. ES UN JUEGO.
3.- Educación. Los gritos y comentarios ponzoñosos están de más. Tus hijos vienen a divertirse, no a estar preocupados.
He visto a niños jugar acongojados y mirando todo el rato a su padre a ver si le reñía por no rematar bien o por haber perdido un balón.
A estos sitios vamos por nuestros hijos no por nosotros mismos.
No traslades tus frustraciones a tu hijo. Si no fuiste bueno en un deporte no presiones a tu hijo para que lo sea. Deja que disfrute.
Reflexiones finales
En conclusión y como reflexión me pregunto si estamos obligando a nuestros hijos a madurar demasiado rápido.
Y para los que tengáis otras experiencias en otros deportes: ¿Esto pasa sólo en el fútbol o en otros deportes? Yo en particular vengo del rugby y, hasta que los niños desarrollan bien, todo son juegos y ejercicios de destreza, coordinación y mejora física.
Espero no haberos aburrido y que comentéis vuestras experiencias