Cada vez que nos veía, mi tía Mari Carmen nos decía: «Os tengo que regalar Las divertidas aventuras de las letras. A mis nietos les encanta y con él se han aprendido las letras».
Sus nietos son dos años y medio mayores que nuestro hijo. Cuando empezó a decírnoslo, que sus nietos debían tener la edad de nuestro hijo ahora, me parecía increíble que se supieran las letras y veía muy lejano el que el nuestro se las aprendiera. El mismo día que nos regaló el libro intentamos empezar a leerlo y no pasamos de la primera página. Pero poco a poco le fue cogiendo el gusto y ahora podemos leérnoslo de la A a la Z en una sentada. Además, reconoce las letras. Te dice por ejemplo: «Mira mamá, la Y del yoyó o Super S o la rosquilla de la O».
Las divertidas aventuras de las letras
La A aventurera, El bizcocho de la B, La C cuentacuentos, Los chichones de la Ch, La Doctora D, La E y los elefantes, La F flautista, La granja de la G, El hipo de la H, Los inventos de la I, El jardín de la J, El secreto de la K, La L y la luna, La Ll llorica, La magia de la M, La N y la naturaleza, El moño de la Ñ, La rosquilla de la O, La P pirata, Los quesos de la Q, La R y el ratón, Super S, El triunfo de la T, El susto de la U, La V viajera, La W y el windsurf, El extraño caso de la X, El yoyó de la Y y Los zapatos de la Z son los títulos de los 29 cuentos protagonizados por las letras del abecedario.
Desde la A, que es la más aventurera de las letras, que busca la acción y la encuentra paseando por la selva africana donde se topa con la araña Patraña que se quiere merendar un escarabajo en su telaraña, hasta la Z zapatera a la que su amigo el ciempiés Zap le encarga cien zapatos con lazos azules para casarse al día siguiente, cada letra protagoniza una historia cargada de palabras que contienen señalada en rojo la letra protagonista.
El libro, de 407 páginas, incluye un poster medidor con las letras del abecedario.