Sí, habéis leído bien, en el título pone Pokemon Go y vamos a hablar de esta app que ha puesto a Nintendo de nuevo en el punto de mira.
Para empezar, no quiero dejar de lado todas las recomendaciones que hemos hecho para los más pequeños sobre las pantallas que les rodean, pero sobre todo quiero hablar del provecho que se le puede sacar.
El comienzo
El juego ha calado en prácticamente todas las edades. Yo empecé a jugar porque vi un día a mi madre cazando Pokemon en casa. Después de un rato de risas lo instalé…
Desde ese momento no he dejado de ver paradas Pokemon por todos lados, sobre todo en centros comerciales y zonas con mucha afluencia de gente.
Tipos de jugadores
Prácticamente todo el mundo lo ha probado o lo quiere probar para ver qué es. Es fácil, sólo tienes que instalarlo, por lo que está en tu mano.
Los teléfonos de los abuelos también han caído en la caza de Pokemon. Los nietos saben mucho y no son pocos los que aprovechan los ratos con los abuelos para explicarles lo que se hace en el juego y cazar Pokemon juntos.
Los chavales con edades de entre 10 y 15 son los más enganchados compitiendo directamente con los chavales que jugaron a las versiones iniciales de pokemon que ahora tienen entre 20 y 25 años aproximadamente.
Conciliando con Pokemon
La verdad es que es un juego adictivo en gran medida gracias a que tienes que coleccionar o cazar todos los Pokemon. En esta versión inicial hay 145 y un chico de 21 años de Elche ha conseguido capturarlos todos (jugando TOOOODO el día desde hace 22 días).
Además de estos casos extremos, si se utiliza con moderación, se puede “conectar” con los más pequeños cazando juntos (padres, madres e hijos) y puesto que el juego recompensa que se exploren zonas nuevas y se salga a caminar (los huevos sólo salen de la incubadora al caminar 2 kilómetros) podemos hacer que salgan más de casa o que compartan momentos con nosotros que además pueden hacer que se lleven un nuevo Pokemon a casa.
Y si os animáis, además de las pokekedadas, podéis planificar todo un día de cacería mediante Pokecrew para buscar todos los pokemon que os faltan. Seréis los héroes de vuestros hijos y sus amiguitos.
Precauciones de uso
Todo el mundo habla últimamente de Pokemon Go! Tras las líneas anteriores, si os quedaba alguna duda sobre si instalarlo o no, terminéis por hacerlo (aprovecho para aclarar que Nintendo no nos ha pagado por escribir este post, ni tan siquiera nos ha enviado su nota de prensa). Como decía, acabaréis instalándolo aunque solo sea por mera curiosidad como fue mi caso.
Mi curiosidad iba en dos direcciones: Averiguar qué tiene este juego para que todo el mundo hable de él y también descubrir cuál es el modelo de negocio de Nitendo (hace años ideé un juego parecido). Ambas respuestas me llevan a incluir un apartado de precauciones.
¿Qué tiene este juego para que todo el mundo hable de él?
En primer lugar una gran inversión en publicidad y comunicación. Salió en todos los medios. ¿Y qué fue antes, la adicción o la noticia? Pues probablemente una cosa a alimentó a la otra y la otra a la una.
Y ahí va la primera precaución: insistimos en que el juego es muy adictivo. Nintendo no es tonto y ha aprovechado precisamente el verano, momento del año en el que tenemos más tiempo y se relajan las normas, para lanzar el juego. Aún así, según la edad de nuestros hijos, tal vez sea conveniente restringir el uso de la aplicación a determinadas horas al día. Incluso los lugares: el juego es tan absorbente que podemos chocar con otras personas o medios de transporte o incluso tropezar. Cuanto más pequeños sean nuestros hijos menos conciencia tendrán de este peligro.
Modelo de negocio
Respecto al modelo de negocio de Nintendo, no cabe duda que tener información sobre geoposicionamiento y rutas de sus jugadores es algo muy jugoso, además de tener el poder de dirigirnos a un lugar determinado para cazar un Pokemon (el lugar estará dispuesto a pagar por recibir a su público).
Conviene tener presentes estas intenciones a la hora de exponer a nuestros hijos a un juego aparentemente inocente y que deja al descubierto si estamos o no en casa y los lugares que frecuentamos entre otras muchas cosas.