Lo sabemos, nuestros pequeños aprenden antes a deslizar el dedo por una pantalla que a escribir o leer. Las pantallas han llegado para quedarse como ya hemos comentado en muchas otras ocasiones y debemos educar a nuestros hijos en su uso.
Somos felices con cosas simples
Mi hijo, al que le encanta todo lo que aparezca en una pantalla, adora la patrulla canina entre otros dibujos animados y se ve expuesto a muchos más impactos de lo que su madre y yo estuvimos expuestos a su edad (sólo teníamos 2 canales, echad cuentas…), se calma y es feliz cuando nos juntamos los tres en el sofá y empezamos a hacer las voces de los diferentes personajes de cualquier cuento. Pero hemos detectado que hay muchos cuentos de los que nos leyeron a nosotros con una gran dosis de trasfondo moral/social que lo que hacen es asustar y atemorizar más que hacer que el aprendizaje vía cuentos sea lo más natural posible.
Esta es una de las razones por las que apoyamos desde que conocimos el proyecto Érase dos veces de nuestro #papiconcilia Pablo Macías.
La imposibilidad de la no conexión
Actualmente es imposible no estar conectado, de hecho, no desconectamos del trabajo normalmente y eso también se lo estamos enseñando a nuestros pequeños. Ellos perciben de nosotros que el trabajo es lo más importante, cuando deberíamos mostrarles que también ellos son lo más importante sin quitarle peso a ninguno de los aspectos que conforman la persona.
Llegado el momento, tampoco podremos evitar que ellos interactúen con las diferentes pantallas que se encontrarán, empezando por las pizarras digitales que ya están implantadas en todos los colegios.
¿Qué podemos hacer?
Puesto que es imposible que desconectemos y no podemos evitar que ellos estén conectados debemos ser sus modelos a seguir, y de paso, evitaremos esas comidas o momentos familiares en los que todos están reunidos pero mirando a sus móviles.
- Nada de tecnología en la mesa: Si vamos a comer, no hace falta el teléfono, además así fomentaremos que exista una verdadera conversación alrededor de la mesa. Tampoco las televisiones ni otros dispositivos están permitidos.
- Cerrar el portátil o el ordenador cuando se habla: Está claro que si no se ofrece contacto visual prestaremos poca o ninguna atención a lo que nos están diciendo. Por otro lado estaremos actuando como queremos que ellos actúen con nosotros.
- Utilizar la pausa: tanto en juegos como en vídeos existe un botón llamado pausa para poder atender claramente a quien nos habla o intenta comunicarse con nosotros. Intentamos decirles que todo puede esperar menos las personas, pero para eso tenemos que saber apretar nosotros este botón.
- Mostrar los mensajes cuando estos sean importantes: Para mostrar que un mensaje es importante, podemos mostrárselo a nuestros hijos cuando ellos tengan la capacidad de leer, de modo que puedan ver con sus propios ojos para qué utilizamos nosotros la mensajería instantánea y qué cosas son necesarias decir en persona o decir cara a cara.
Fuentes:
RaisingDigitalNatives.com