¿Qué pasaría si te pidieran que prepares un café, poniendo en duda que fueras a acordarte de la leche o el azúcar?
¿Qué pasaría si te trataran como si fueras un objeto?
¿Qué pasaría si te ocultaras para salir a la calle?
¿Qué pasaría si cada vez que sales a la calle te silbaran o piropearan hasta intimidarte?
¿Qué pasaría si te acusaran de provocar tu violación por llevar ropa por encima de la rodilla o lucir escote?
¿Qué pasaría si quien te toma declaración en comisaría fuera del sexo opuesto?
¿Qué pasaría si tu pareja no pudiera ir a buscarte al hospital porque tenía una reunión muy importante?
¿Qué pasaría si al quejarte por ser víctima de la violencia de género tu pareja evitara la conversación o incluso insinuara que lo estabas buscando?
Seguramente nada, si eres una mujer.
¿Qué pasaría si salieras a correr sin camiseta?
¿Qué pasaría si hicieras pis en la calle?
Seguramente nada, si eres un hombre.
¿Qué pasaría si ellos se ocuparan de llevar a los hijos a la escuela infantil?
¿Qué pasaría si ellas fuera la que mantuvieran la economía familiar?
¿Qué pasaría si ellas mandaran?
¿Qué pasaría si ellas fueran las que llegaran a casa a la hora de cenar?
La sociedad está cambiando. Cuidado con pasarnos de frenada.
No os perdáis este cortometraje: Mayoría oprimida, de Eléonore Pourriat.