Estamos muy acostumbrados a oír la frase matarse a trabajar, sobre todo refiriéndose a autónomos sacando trabajo y clientes adelante, fundadores de startups y prácticamente a todo el tejido laboral teniendo en cuenta la degradación de los empleos desde la crisis en los que vemos salir gente de departamentos y hacer uno el trabajo de dos o más personas.
Pero esta frase adquiere tono literal en países como Japón, China o Corea del Sur, que encabezan los primeros puestos de la lista de fallecimientos de trabajadores por excesos laborales.
Karoshi
Ya hemos hablado antes de la jornada laboral de un asalariado en Japón, donde veíamos cómo en temporada alta de trabajo, se podían llegar a trabajar hasta 90 horas a la semana. Pero en teoría, esto sólo era en temporada alta.
Pero… ¿Qué pasa si la temporada alta es continua?
La división de 8 horas para el trabajo, 8 para el descanso y 8 para desconectar y para el ocio no es casual, en el artículo de La Vanguardia sobre la última víctima de este tipo de excesos, la profesora de psiquiatría María Inés López-Ibor comenta que está demostrado que nuestro cuerpo y mente está preparado para jornadas de este tipo con dos días de descanso.
Si en algún momento no se cumple, es decir, necesitamos trabajar un fin de semana, o tenemos tanta carga en el trabajo que hacemos jornadas muy largas durante un periodo de tiempo corto, nuestro cuerpo puede aguantar. Pero no se puede prolongar durante mucho tiempo.
Los perjuicios para la salud
Pasar más tiempo en la oficina puede darnos un extra en el sueldo si es que nos pagan las horas extra, si no, sólo nos traerá la falsa sensación de que conservaremos el empleo.
Además de no darnos tiempo a hacer nada más, ni ejercicio, ni atender a los nuestros, alargar la jornada puede traer consigo problemas como alteración del sueño, ansiedad, abuso de alcohol, tabaco y otras sustancias no permitidas.
Lo peor es llegar a estados depresivos, en los que todo lo ves negro y necesitas ayuda para salir.
#SalPuntual
Desde #mamiconcilia, con la iniciativa #salpuntual, ponemos nuestro grano de arena para que respetemos todos los tiempos: tanto los de trabajo como los de descanso del trabajador.
Es muy importante el descanso, pero también una buena ética de trabajo en la que las horas dedicadas realmente sean aprovechadas y productivas.