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Acabar a las 18:00 – La jornada laboral en España

En abril lo anunciaba Mariano Rajoy, para ganar apoyos. En diciembre lo recuerda Fátima Báñez, ministra de empleo, ya desde el Gobierno. Una de sus grandes apuestas por la conciliación será acabar la jornada laboral a las 18:00 horas de forma general (enunciándolo así, todos aquellos que no empiezan a trabajar a las 9:00, que son muchos, se le echan encima. ¿Qué pasa con los servicios de emergencia, los comercios, etc.?).
Si echamos cálculos y vemos una jornada que comienza a las 9:00 con una hora para comer, las 18:00 horas es la hora de salida después de una jornada de 8 horas. ¿Cuál es el avance? ¿Reducir la comida a una hora? Muchas empresas ya cuentan con esta medida y lo verdaderamente importante es cambiar la cultura para que cada uno cumpla su horario, o mejor aún, cumpla con sus objetivos, incluso trabajando menos de 8 horas. Para cambiar las cosas hay que luchar contra el presentismo.

Recuperar las 2 horas de desfase respecto al resto del mundo

Si profundizamos un poco más, esta medida está dentro de su promesa de llegar a un Pacto de Estado por la conciliación y la racionalización de horarios, que busca europeizar nuestros horarios, entre otras cosas empezándonos a movernos de nuevo con el sol. Teniendo en cuenta que el sol, queramos o no, incide en nuestros hábitos diarios, cambiar la hora y recuperar las 2 horas de desfase horario en relación al resto del mundo podría convertirse en una importante palanca de cambio.
Existen organizaciones que desde hace años velan porque volvamos al huso horario al que pertenecemos como son ARHOE y la Iniciativa per a reforma horaria.
En cualquier caso el cambio de hora tendría que venir acompañado de una verdadera racionalización de horarios, con un cambio de costumbres asociado.
Este gran paso sólo será posible con una ley de reforma horaria para que se pueda aplicar en todos los sectores y a todos los niveles.
 

Implicación de las empresas e incentivos del gobierno

Para que las empresas comiencen también a implantarlo, desde el primer momento debe existir el compromiso, que ya habrá facilitado la aprobación de la ley, y por otro lado incentivos para esas empresas, inicialmente con un sello de calidad facilitado por el gobierno, que indique que esa empresa cumple con determinadas medidas de conciliación. Es importante insistir en que la ley no gire en torno a los horarios, sino en torno a la flexibilidad y el teletrabajo entre otras medidas. Por el contrario, acabará perjudicando a las empresas que ya apuestan por la conciliación en la que tiene poco sentido fichar y verse sometidas a inspecciones de trabajo.
Este tipo de sellos o certificaciones deberían funcionar como la certificación efr en la que las empresas, de forma voluntaria, se adhieren a esta certificación y pasan controles anuales para renovar su sello. Varias de estas empresas certificadas y sus medidas se pueden ver en el proyecto #miempresaconcilia y cómo estas medidas afectan de forma positiva a todos sus empleados.
Los incentivos por parte del gobierno para estas empresas que lo hacen bien son un paso muy importante, sobre todo para el tejido mayoritario empresarial en España: Las PYMES.
Los partidarios de la reforma horaria comparan su implantación a la Ley antitabaco. Hace unos años se hacía impensable que se dejara de fumar en los sitios de restauración o lugares de trabajo. Sin embargo, la ley lo hizo posible, aunque la gran diferencia entre a Ley antitabaco y la Ley de reforma horaria son las sanciones frente a los incentivos.

Concienciación

La conciliación, al igual que la concienciación, comienza en cada uno de nosotros, por lo que todas estas medidas que hemos ido enumerando se quedan en nada si no hay gente dentro de las empresas que las ponga en práctica ni hay ejemplos dentro de la cadena de mando.
Los directivos de estas empresas deben comenzar a cambiar el chip y dar ejemplo; si ellos no lo hacen, nadie en la empresa lo hará y no servirá para nada. Nosotros contamos con ejemplos como los que recogemos en el proyecto #papiconcilia directivos.
Esta concienciación también debe calar en toda la sociedad, es decir, se debe hacer campaña para que funcione y que todos, independientemente del rol que ocupemos en el terreno laboral y personal, seamos conscientes de que ganamos sin perder nada en el camino con estos cambios.

En resumen

Como se puede ver, no es una afirmación sin implicaciones, al contrario, tiene muchas implicaciones y hay muchas acciones detrás de ella.
Después de ver cómo la Ley de Conciliación nació sin dotación presupuestaria al igual que otros esfuerzos en pro de la conciliación y la racionalización de horarios, sabemos que muchas de estas propuestas se quedarán en el tintero, pero no puede ser, es decir, no se puede prescindir de ninguna de estas acciones si realmente se quiere que esta iniciativa salga adelante.
Como individuos tenemos que velar por nosotros y por nuestras familias y, aunque las empresas privadas cada vez estén más concienciadas, somos nosotros los que debemos buscar esas empresas que nos valoren, se preocupen por nosotros y nos cuiden; y si ocupamos un cargo directivo, debemos dar ejemplo.
Insistimos en que hay otras medidas que en nuestra opinión resultan más interesantes para facilitar la conciliación, como la jornada continuada todo el año (comer en el trabajo es improductivo), la flexibilidad horaria y espacial y la deslinealización de horarios de la que habla nuestro colaborador David Blay. Pero lo importante es que la concienciación sobre la importancia de conciliar haya empezado a calar en el poder político.


Foto: Pixabay.com
 

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