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El futuro del mercado laboral

Este último año hemos oímos muchas veces que la automatización, los robots y otros factores cambiarán el futuro del mercado laboral en poco tiempo.
También hemos escuchado palabras como la satisfacción del empleado, la disrupción y el cambio de paradigma.
Seguimos viendo cómo los gobiernos siguen empeñados en “vendernos” que las cifras de creación de empleo son buenas, que no sabemos interpretar la temporalidad de los contratos, del mismo modo que nos contaron qué era lo que debíamos hacer cuando el país se sumió en la crisis.
En mi opinión, los gobiernos deberían dejar de ser paternalistas con sus ciudadanos y en lugar de trabajar en las excusas trabajar en el futuro. Pero las opiniones no bastan.
Actualmente existen previsiones de una muerte de la industria tal y como la conocemos hoy para el año 2030 debido a los robots y la automatización. Los gobiernos demandan más empleo a las miles de startups que nacen cada día y los empleados necesitamos más de nuestros empleadores.

La cuarta revolución industrial

Según el Profesor Klaus Schwab, la cuarta revolución industrial se caracteriza por una fusión de tecnologías que unen las esferas física, digital y biológica.
Las cosas están cambiando más rápido de lo que han cambiado en décadas anteriores debido al uso y consumo de la tecnología.
Cada vez son más trabajos provenientes de la tercera revolución industrial los que se están dejando de lado (manufacturas, agricultura, …)
Aunque los países en vías de desarrollo todavía mantienen una gran dependencia de la mano de obra manual ya que es más barata que la automatización, sí que esos países se han beneficiado de innovaciones que los países desarrollados no han tenido antes y que suponen avances en su economía como por ejemplo las modificaciones genéticas de los alimentos.

Las tendencias de consumo

El consumidor, cada vez más afín a la tecnología, ha cambiado el rumbo de los patrones de consumo existentes.
Las empresas que no han sabido ver este cambio de patrón y en su sector se han hecho avances han sufrido y han pasado de ser líderes a ceder su trono como le pasó a Kodak.
Las empresas han requerido un mayor número de personal especializado en tecnologías de la información, lo que ha hecho que estos perfiles sean más cotizados ofreciéndoles salarios superiores y mejores condiciones.
Este efecto llamada ha hecho que se inunde el mercado de técnicos y especialistas en TI buscando un mejor salario o directamente un empleo seguro y estable.

El colapso de la barrera de entrada

La barrera de entrada al mundo de los negocios ha desaparecido en el mundo online. Todo el mundo puede crear su propio negocio. Parece que si tienes una gran idea y la ambición suficiente puedes lograrlo.
La verdad es que 9 de cada 10 startups fracasan. Esos emprendedores una vez han fracasado comienzan de nuevo con los aprendizajes de el intento anterior.
Además se ha generado un sector alrededor de todo este ánimo emprendedor: Tutoriales, cursos de programación, de emprendimiento, grupos de apoyo, eventos de networking, herramientas de automatización especializadas… Todo esto hace que cualquier persona pueda pasar de 0 a 100 en cuestión de meses y tener el suficiente conocimiento para no fracasar de primeras. La parte práctica se la irá encontrando por el camino.
Esto ha hecho que muchas personas que no estaban contentas en sus puestos de trabajo o personas que por causas ajenas no han podido encontrar un trabajo monten su pequeño negocio especializado online.

Nacionalismos

Con esto no nos estamos refiriendo a las identidades que conforman una nación, sino al pensamiento de anteriores generaciones contra el mundo globalizado. Esas anteriores generaciones han logrado vivir mejor o quizá es más la sensación de inseguridad por la que nos vemos obligados a pasar actualmente en muchos de los aspectos vitales.

Escapar del mercado laboral

Actualmente, el término startup es empleado sobre todo para referirse a un negocio que se apoyan en la tecnología debido a la escasa o inexistente barrera de entrada para montar un negocio propio tal y como comentábamos antes.
Es cierto que escapar del mercado laboral es una elección dura que puede acabar con la estabilidad y un buen currículum, pero cada vez más vemos como buenos empleados no conformes con su situación dan el paso. Esto se ha visto influenciado por el no pequeño mar de buenos profesionales que por ERES, ERTES y demás expedientes de regulación de empleo se han visto de la noche a la mañana en la calle sin ese trabajo estable que ansiaban conservar por siempre.
Después de un par de años en el paro intentando conseguir el mismo nivel de remuneración que tenían muchos han visto la lejanía de esas “vacas gordas” y el cambio por estas “vacas flacas”.

Diferencias de estructuras

Las estructuras de mando y de poder dentro de una empresa tradicional y dentro de estas nuevas empresas tecnológicas son muy diferentes.
En éstas últimas se puede ver estructuras planas u horizontales sin casi ningún mando intermedio generadas normalmente por la insatisfacción del fundador con las estructuras jerárquicas tradicionales.
Estas estructuras planas ayudan a que el trabajador sea visto como un aliado y no como un empleado haciendo que el concepto de empleado (o colaborador como se les denomina en RRHH) cambie.
Estos cambios trastocan las antiguas estructuras ya que el trabajador pasa de ser casi un súbdito que no conoce sus derechos a ser un trabajador informado, que conoce el valor que aporta a la empresa y reclama poder seguir siendo la persona completa que es.
Si las empresas no se dan cuenta de lo que reclama el empleado, insatisfecho huye de los entornos jerárquicos a entornos donde se le reconozca. Hablamos entonces del employer branding o el proceso para que la empresa fidelice al empleado.
Esto, que en España está pasando poco a poco, rompe las reglas del mercado laboral ya que las empresas deben comenzar a ser pro activas en esta materia antes de perder empleados valiosos.

Conciliación, cultura y satisfacción

Estos son los pilares básicos actuales que a un empleado le fallan cuando abandona una empresa. Antes sólo nos fijábamos en el salario, cambiabas de empleo cuando tenías una oportunidad laboral más estable o con mejor sueldo. Ahora las personas valoran los intangibles.
Como dice Victor Lipman, los empleados abandonan a sus jefes, no a las empresas.
Debido a sus jefes muchos de ellos nunca se han sentido identificados con la empresa en la que trabajan dejando de ser embajadores de su propia empresa.
Existen numerosas empresas que se dieron cuenta de que los tiempos cambian y han empezado a hacer lo que el mercado dicta para cambiar la relación con sus empleados, existen esas buenas prácticas en empresas.
Gracia a la crisis (para las empresas, no para el empleado que ha visto degradado su empleo, sueldo y estatus) este cambio de paradigma no se ha dejado sentir.
Según nos van diciendo que el mercado laboral se empieza a mover, los trabajadores van cambiando de empresa, mejorando poco a poco su sueldo aún por debajo del que tenían antes, pero con claras perspectivas de mejora. Seguimos anclados en el viejo modelo.
La salida de buenos trabajadores que monten su empresa cada vez será mayor y se irá haciendo cada vez más patente puesto que como ha pasado con esta crisis, el trabajador se ha dado cuenta de que por mucho que arrime el hombro para sacar adelante a su empresa, la empresa nunca se lo devolverá y por lo tanto, no puede confiar en ella.

Side project

Cada vez es más habitual oír que alguien cercano está montando su “side project” o proyecto paralelo mientras continúa en su puesto de trabajo porque no confía que vaya a durar mucho.
Este cambio de mentalidad afecta directamente al compromiso del empleado con su empresa, que actualmente está prácticamente roto.
Vemos empresas que publican cómo quieren a sus clientes, pero sabemos que por dentro no cuidan a sus empleados que son los que van a hacer moverse la empresa ¿Cómo nos vamos a creer sus mensajes?
En otras ocasiones será el deseo de tener un negocio propio lo que hará que el empleado abandone la empresa. Aparece entonces la figura del intraemprendedor o emprendedor dentro de la empresa, dejando que ese trabajador lidere algún proyecto dentro de la empresa del que vayan a sacar beneficio las dos partes.

Las nuevas generaciones

Después de pasar por periodos de becarios ad infinitum, salarios muy bajos, contratos de prácticas y todo tipo de barreras para entrar en el mercado laboral (a cambio de experiencia) las nuevas generaciones tienen claro que no se deben amoldar a un mercado laboral que no les ha facilitado nada. Al contrario, van a trabajar con la misma ilusión pero sabiendo que van a hacer algo que importe, que tenga sentido, no sólo llenar las arcas de una empresa o unos pocos empresarios y accionistas.
Ahora estamos en un momento de cambio en el que necesitamos conciliar y un mejor equilibrio, estamos volviendo a ser personas completas sin dejar de lado de lunes a viernes a la parte que no es un trabajador.
Todos los beneficios que se demandan actualmente como son la jornada flexible, el teletrabajo o unos periodos de vacaciones más largos vienen a intentar recuperar por parte del empleado parte de su tiempo y recuperar la conexión con su familia y amigos además de consigo mismo con un final común: Ser más felices.


Fuentes:

 

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